¿Imagina usted, amigo lector, que un diálogo callejero, como el titular, tenga relación con la política peruana...?
Cierto. Porque integrar un partido es fácil y podría servir para aliviar problemas económicos.
Basta
contactar con un dirigente y alistarse en las filas.
Como
militante, puede aspirar sentarse en un escaño. Los requisitos son mínimos.
No se
exige ser profesional. Peor aún, tener trabajo u ocupación alguna. Todo vale.
Eso sí,
debe memorizar probables soluciones a los problemas del país.
Al final,
nada se pierde. Pero, hay mucho por ganar.
Confiando
que, si consigue el objetivo, mitigará sus dificultades financieras. Y, vivirá
de maravillas.
Tanto.
Que, en algunos casos, queda la duda. ¿Se busca el cargo para trabajar por el
Perú o asegurarse el futuro...?
Más de
140 ruegan y hasta hacen el ridículo para estar entre los 7 elegidos por La
Libertad.
Su
trayectoria figura en las hojas de vida de la plataforma virtual del Jurado de
Elecciones.
Allí se
exhiben revelaciones sorprendentes sobre los aspirantes para representarnos en
el parlamento.
Uno de
los ítems solicita el oficio, ocupación o profesión realizados en el sector
público o privado en los últimos 10 años.
Asombra
comprobar que más de diez postulantes no ejerció ninguna labor. Y, peor aún. ¡Siguen
desocupados hasta ahora...!
Y. ¿De
qué viven...? Es la pregunta del millón.
Se sabe,
también, que 50 candidatos no poseen auto, ni casa propia y el 15 por ciento
interrumpió estudios universitarios.
Con
esas "credenciales", es probable que varios esperen un golpe de
suerte para cambiar su destino.
De
lograrlo, su estatus dará un espectacular giro de 180 grados. Y vivirán el
sueño dorado.
Diferente.
Mucho más cómodo y mejor que quienes los eligieron...