No
hubiésemos deseado llegar a una definición como la del domingo próximo. Pero,
es lo que tenemos.
Por un
lado, una persona que arrastra, sin
tener responsabilidad, los excesos de su padre.
Seguida
por una investigación fiscal en su contra por la supuesta recepción de dinero
en anteriores campañas presidenciales.
Ofrece
continuar la vacunación y atender los sectores vulnerables. Garantizando las
instituciones democráticas.
Compite
con un izquierdista radical cuya meta es transformar el modelo económico basado
en la "lucha de pobres contra ricos".
Defiende
el cambio de Constitución. la eliminación del Tribunal Constitucional y la
Defensoría del Pueblo.
Obviando
tratados internacionales y de libre comercio, plantea nacionalizar empresas
extractivas.
Sorprenden
ambigüedades. Como otorgar el 10% del PBI a los sectores salud y educación.
El
currículo escolar, según su ideario, busca: "formar ciudadanos con
identidad nacional, autónomos y revolucionarios..."
Sobre la
prensa, preocupa el control de medios que aniquilaría esta magia de estar en
contacto con ustedes.
Hablando
de periodismo. Obtenga o no el respaldo ciudadano, uno de ellos batirá un
record mundial.
Aparte
de su doble discurso, estar el mayor tiempo en los mítines. Pero, ni un minuto
en el set. Face to face ante un periodista.
Y, su
huidizo hábito de recurrir al infundado pretexto, antes que responder la "pregunta
complicada" en los enlaces telefónicos.
Es
verdad que la democracia fue desvirtuada por malos políticos, autoridades y
funcionarios que sucumbieron en la corrupción.
También,
que miles de pueblos del interior fueron olvidados por sucesivos gobiernos.
Ante
ello, hay que optimizar los mecanismos de control, sancionar y agudizar la
presencia del Estado en zonas de pobreza extrema.
De
allí, a hacer un Perú al revés, es otra cosa. Al final. ¡Usted decide...!
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