En una actitud inédita, el presidente del Congreso, Alejandro Soto, envió un estricto oficio a la mandataria Dina Boluarte.
Se queja, en el documento, contra José Arista, ministro de Economía, por las declaraciones que realizó en una entrevista periodística.
Según él, el jefe de cartera, relacionó el dispositivo que autoriza retirar dinero de las AFP con las aspiraciones electorales de los legisladores.
Al final, solicita a Boluarte que sus ministros respeten al Congreso
Las palabras de Arista, quien luego se disculpó, que lo enojaron, fueron:
"Los congresistas están entrando a un espacio en el cual aspiran a ser candidatos al Senado. Es lo que hace que tengan que sacar este tipo de normas”.
Y es cierto. Por eso, los expertos califican al parlamento actual de populista. Ya sale la CTS.
La reacción de disgusto de Soto no significa nada en comparación a la real intención de muchos congresistas.
El mes pasado, aprobaron el retorno a la bicameralidad.
Y, sin la menor vergüenza, ni rubor, colocaron como uno de los requisitos que, para ser senador, debe haber sido congresista.
Se echó así por la borda, el artículo de la Constitución que decía que “no pueden ser reelegidos para un nuevo período, de manera inmediata”.
Tampoco se alarma Soto de nuevos proyectos que buscan beneficiarlos y podrían ser promulgados en cualquier pleno.
Como el que persigue restituir la inmunidad parlamentaria.
Peligroso planteamiento para el país en momentos que la corrupción brota, en algunos casos, bajo el sillón de los congresistas.
Sobre todo cuando esa prerrogativa fue eliminada hace muy poco por frecuentes acciones al margen de la legalidad cometidos por ellos.
Hay dos iniciativas de Darwin Espinoza, involucrado en el posible uso de personal y recursos públicos para su movimiento y otros graves problemas.
Pide permitir a los congresistas postular a cargos regionales.
Otra, pretende modificar la ley para que familiares de los funcionarios contraten con el Estado. ¡Eso es nepotismo...!
Ese espinoso perjuicio y falta de respeto al Perú, no preocupa a Soto...