sábado, 20 de abril de 2024

Peripecias de Sonne aprendiendo español: ¡Y los errores que se cometen al hablar otro idioma...!

               Dos páginas del cuaderno de notas de Sonne con un error perdonable.            


            Oliver Sonne es el último jugador, nacido en el extranjero, incorporado a la Selección Peruana de Fútbol.

            Convocado por Juan Reynoso, no tuvo la oportunidad de debutar.

            El nuevo técnico Jorge Fossati lo hizo ingresar al campo de juego, ante el entusiasmo de la afición, en el triunfo 2-0 frente a Nicaragua.

            Luego de ese encuentro, el estratega uruguayo le pidió públicamente que aprendiera el castellano con estas palabras:

            -- Te tienes que adaptar al idioma del país al cual perteneces y no que el país se adapte a ti.

            El lateral-volante del Silkeborg IF de Dinamarca aceptó la recomendación y tomó en serio el consejo del entrenador.

            De regreso a Europa, empezó a estudiar nuestro idioma. Dedicó un tiempo especial el último día de la semana.

            Con el fin de mostrar sus progresos, hace poco publicó orgulloso en su cuenta personal de Instagram una página de su cuaderno de apuntes.

            Para mala suerte, la imagen que acompaña, con el título "Así pasó mi sábado", revela un grave error en la conjugación del verbo "querer".

            El escrito, en perfecta letra de imprenta, registra “queiro” y “queires”.

            Sin proponerse, su equivocación se hizo viral. Aunque, en ocasiones, se le perdona a quien se esfuerza en aprender.

            Esta circunstancia, me hizo recordar la graciosa anécdota protagonizada por  un grupo de peruanos que trabajaban en una fábrica de Japón.

            La actividad era en línea. Es decir que varias personas confeccionan, por partes, un producto final. La tarea, generalmente,  es muy rápida.

            Cada día, alternaban en la faena compatriotas y japoneses.

            Cierta vez, uno de los nuestros, agobiado por la acumulación de piezas en su sector, lanzó una expresión extraída del diccionario rojo español.

            Nervioso y desconcertado, el atento jefe de sección la interpretó a su manera y pronunció:

            -- ¡Chotto matte...! ¡Chotto matte...!  --chotto significa: un poco y matte, espera. Que era lo que, supuestamente, había entendido el nipón.

            En realidad, no fue así. El mortificado joven peruano había dicho:

            -- ¡Ché su mad...!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario