Varios congresistas se abstuvieron de jurar ante la cruz. Pero, a la hora de recibir la gratificación por Navidad, todos se alinean. (Redes).
Una decisión,
que cuenta con la aprobación popular, se gestó en la mesa directiva del
congreso.
Los
parlamentarios no disfrutarán de la canasta navideña y la tarjeta de consumo
libre.
El
famoso cesto contenía víveres por un valor cercano a los mil soles. Más que el
mínimo vital.
Y el
plástico facilitaba acudir a un centro comercial para gastar hasta un máximo de
1,500 soles.
Pero
mantienen la gratificación de un sueldo completo adicional de 15,600 que se les
otorga en navidad y fiestas patrias.
En este
punto. Aunque no crean en Jesús, todas las bancadas están de acuerdo. Hasta
olvidan su orientación política.
La misma
norma asigna apenas 300 soles a los servidores públicos.
¿Por
qué esa odiosa distinción...? ¿Cuál es el fundamento...?
Si los
legisladores son dependientes del Estado, lo legítimo sería gratificarlos
también con 300 soles.
Hacerlo
con un salario mensual, rompe con los valores que proclama la democracia.
En
especial, el relativo al principio de igualdad que es sinónimo de equidad y
proporcionalidad.
Quienes
vivimos bajo este sistema de gobierno, estamos involucrados a tan sagrado
postulado.
Sobre
esa base, todos los ciudadanos somos iguales ante la ley. Tenemos el mismo
derecho y recibimos similar trato.
La
democracia que, cuando les conviene, pregonan los congresistas está orientada a
terminar con toda clase de privilegios.
Si con
15,600 soles mensuales y otros beneficios económicos que gozan, tienen de
sobra. ¿Para qué más...?
Entonces.
¿Por qué darles como gratificación una remuneración íntegra dos veces hasta
completar 14 sueldos al año...?
Representar
al pueblo jamás debe ser motivo de inmunidad y gollerías. Peor aún, de
enriquecimiento.
Mucho
más, en un país en vías de desarrollo como el Perú. Con tantas necesidades
en múltiples aspectos.
Ya
eliminaron la canasta y la tarjeta. ¿Cuándo hacen lo mismo con la
gratificación...?
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