Desde el extremo del Centro Acuático se traza una diagonal para cruzar al otro extremo de la avenida Industrial que impacta en el primer sardinel
y el siguiente recién construido.
La señora camina sobre la tierra hasta la esquina para intentar atravesar, aunque no encontrará la línea peatonal.
Esta es la cruda realidad que debe enfrentar a diario el peatón al llegar a la esquina de la intersección entre la avenida Industrial y 9 de Octubre.
Aunque demasiado angosto, el corte si está considerado frente al coliseo cerrado Gran Chimú.
El plano
arquitectónico urbanístico-vial de las ciudades del futuro prioriza, en grado
sumo, al peatón.
Esas
sugerencias deben ser respetadas en urbes emergentes como Trujillo. Por eso
llama la atención que el municipio no las tenga en cuenta.
Una muestra
evidente de este descuido se encuentra al terminar la avenida Industrial en su
intersección con la 9 de octubre.
La
pista posee tres carriles y es de alto tránsito. Circulan, micros, combis y
colectivos, además de los vehículos particulares.
Ahora
que se repara el sardinel central, el proyecto no contempla el corte diagonal
de cemento hacia el Centro Acuático o viceversa.
Dicho trazo es de vital importancia,
pues facilita el paso seguro de las personas, coches para bebés y sillas de ruedas
de una vereda a otra.
El
problema en ese lugar se arrastra desde hace muchos años y, a pesar del peligro
que constituye, ninguna gestión edilicia le dio solución.
La
situación se complica porque no existe línea peatonal. Y, cuando se pinta,
desaparece pronto por la mala calidad del material empleado.
Ciudadanos,
de toda edad, que cruzan la avenida están obligados a zigzaguear entre los
carros a causa de este defecto.
En la
zona es constante el desplazamiento de los alumnos de un colegio particular y colegio San Juan, así como de quienes se dirigen a la Comisaría de la
Familia.
Además
de ser el área obligada de ingreso y salida para los vecinos que viven en las urbanizaciones Las Quintanas, Huerta
Grande y Primavera.
Afrontan
la misma situación quienes tienen que atravesar la avenida para acudir al mismo
Centro Acuático y a la Piscina Olímpica.
Similares
penurias padecen los aficionados que asisten, por las tardes o la noches, al
estadio Mansiche para observar los partidos de fútbol.
Sorprende
que en este sector no se haya proyectado el tajo sobre el área verde, tal como
hay frente al coliseo cerrado. Aunque son muy angostos.
Corresponde
a la gerencia de Obras de la municipalidad o al SEGAT corregir la deficiencia.
Aunque tendrán que romper el sardinel ya levantado.
Los jefes
y supervisores de estos trabajos deben bajar de sus autos e intentar pasar por
el lugar para sentir lo que la gente sufre a diario...