Existen dos asuntos que no deben realizar los periodistas. Hablar de sí mismos y aplaudir en las conferencias de prensa.
Esta
vez, con la anuencia de ustedes, voy a hacer una excepción. Trataré. la etapa
de mi vida estudiantil.
Tengo
el título de profesor de historia y geografía otorgado por la Universidad Nacional
de Trujillo.
Junto
al aprendizaje, me fui haciendo periodista en el diario La Industria.
Las
promociones de Letras, de la década del 60 fueron privilegiadas. Tuvimos ilustres
maestros.
Historia
nos enseñó Rafael Narváez Cadenillas, Alfredo Valdiviezo García y Yeconías
Culquichicón Gómez. Geografía, Miguel Vega Castro.
Entre
el cúmulo de conocimientos adquiridos, nos deslumbraron las enseñanzas de los
filósofos griegos.
Fue
Sócrates uno de los primeros en abordar el bien, la virtud y la justicia. Sus
tesis quedaron esculpidas en piedra.
En el
añejo claustro de la plaza de armas, se nos grabó su adagio: "Habla para que yo pueda
conocerte..."
Y, es
una gran verdad. ¿Cómo conocemos a nuestros verdaderos amigos y las personas en
general...?. Por sus palabras y acciones.
Así
se explica la entrevista personal al buscar un trabajo.
¿Cuántos
problemas se originan porque la gente ignora o divulga un rumor...?
Ante
una situación incómoda. Es aconsejable salir.
Dar la cara y aclarar lo real de la coyuntura.
Distinto
es si el nombrado opta por no hablar.
De
allí la conocida expresión: "El que
calla otorga...". Que en inglés
se dice: "Guardar silencio es
consentir...".
Complementada
por el popular refrán: "El que nada
debe, nada teme...".
Explica que quien cumple su deber
y respeta la ley, no debe preocuparse si lo vigilan, investigan o juzgan.
Este
juego de frases nos invita a esmerarnos en actuar de acuerdo a lo que nuestra
conciencia nos dicta.
Sencillos.
Responsables. Sinceros. Honestos y transparentes.
Para
cerrar. Me quedo con el juicioso consejo de Mahoma:
"Di la verdad. Aunque sea amarga.
Di la verdad. Aún contra tí mismo...".
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