La ilusión. El sueño. El supuesto bálsamo que nos iba a aliviar ante el desencanto y la pesadilla política actual, terminó ayer.
Igual al inerte espejo de cuerpo entero que impacta contra el suelo y se hace añicos.
En el peor partido de los últimos tiempos, Perú perdió por penales, en el repechaje, ante Australia, la chance de asistir al Mundial.
Salvo el cabezazo de Flores a la parte inferior del parante adversario, el equipo no apareció nunca.
Es inexplicable. Pero, los jugadores gravitamtes de la selección se escondieron en Doha.
Los australianos, en base a velocidad y juego simple, cubrieron espacios y dominaron a satisfacción.
Doloroso. Habrá ahora que esperar cuatro años más para inténtar de nuevo la proeza de asistir a la más importante justa del orbe.
Aunque moleste, la eliminación es el resultado de la realidad del fútbol peruano.
Aquel que, todos los años, desnuda nuestra debilidad futbolística en la Copa Libertadores y Sudamericana.
Que esta triste experiencia sirva para incentivar el deporte en general desde las aulas de escuelas y colegios.
Y crear entidades públicas de apoyo a quienes destaquen en las distintas disciplinas.
En cuanto a la bicolor, nuestra gratitud por las alegrías que nos brindó en los inolvidables momentos de triunfo.
También a Gareca, quien queda libre luego de esta fase, por cambiar la mentalidad de los jugadores.
Adiós a la ilusión. Adiós al sueño. ¡Adiós a Cartar 2022...!
No hay comentarios:
Publicar un comentario