Era el solitario entre los clubes
peruanos que , desde hace años, no superan las primeras fases de los torneos internacionales.
Antes superó al Racing de Argentina y
Deportivo Cali de Colombia.
Llegó a los octavos de final y tuvo al
frente a Internacional de Porto Alegre de Brasil.
Hace una semana lo enfrentó en Arequipa.
Era local. Debía ganar. Dominó, pero no pudo anotar. Terminó 0 a 0.
Quedó lo más difícil. Ir a Brasil y
buscar una hazaña.
Vino el primer tiempo y se multiplicó
para resistir el ataque carioca.
En el complemento, realizó solo un
cambio y comenzó a jugar como si fuera local.
La idea era defender la igualdad y
forzar la definición por penales.
Y así fue. Cáceda, el arquero, en
forma consecutiva, evitó los tres primeros disparos.
Los mistianos erraron uno y
convirtieron el resto. Fue suficiente. Ganaron el partido y pasaron a las
semifinales.
Lograron la proeza que, en medio de la
zozobra e incertidumbre política, brinda instantes de desbordante alegría.
Melgar peleará la posibilidad de
disputar la final enfrentando antes al
Independiente del Valle de Ecuador.
El elenco arequipeño es una muestra
que, con esfuerzo, juego limpio y la frente en alto, el triunfo es posible...
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