DINOES y ejército contra el delito en Trujillo: ¡La próxima lleguen sin presentarse y actúen por sorpresa...!

           Muy bien, pero la próxima lleguen sin presentarse y actúen por sorpresa.

            

             Un centenar de efectivos de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales de Lima trabajan en Trujillo y dos provincias desde el jueves último.

            Ellos arribaron en dos oleadas ante el angustioso pedido de las autoridades de la región y los propios alcaldes.

            Con su accionar se espera cortar o atenuar la impresionante ola de violencia que vivimos en La Libertad.

            Hasta el momento que tocaron pie en tierra liberteña, se habían producido 125 asesinatos este año en manos del hampa.

            Iniciaron el patrullaje en las denominadas zonas rojas con el apoyo de la policía local y soldados del Ejército.

            Y lo complementaron con megaoperativos en Trujillo, Virú y Pacasmayo.

            Acciones de impacto "en lugares donde se venden autopartes y celulares robados...", anunció el general Augusto Ríos. jefe de la Macro Región La Libertad.

            Igual: "donde hay presencia de sujetos de mal vivir, se ejerce la prostitución clandestina,  la trata de personas y el crimen organizado...".

            Informó que los agentes se quedarán, como mínimo, 15 días. Muy poco.

            Ríos adelantó que se acordó que destacamentos de soldados ayuden a los policías en el patrullaje de los puntos críticos.

            Recordó que sigue vigente, hasta el próximo 20, el decreto que establece el estado de emergencia en la región.

            Por su parte, el gobernador regional, César Acuña, ofreció la compra de 40 patrulleros y 120 motocicletas, además del respaldo logístico.

            Para mayor eficiencia, los alcaldes distritales refuerzan a la policía con vehículos y provisiones.

            Hasta allí todo está bien. Y, de verdad, esperamos que la tarea de la DINOES, la policía y el ejército logre el objetivo trazado.

            Nos queda tan solo una tenue sensación de inquietud.

            Tal vez, y ojalá nos equivoquemos, no se consiga al cien por ciento el resultado programado.

            Es posible que, ante tanto aviso, los protagonistas directos del delito,  hayan optado por retirarse del medio. O, simplemente, no salgan, ni actúen.

            La próxima vez. Por estrategia. Lleguen sin presentarse. Y, procedan por sorpresa. En silencio...