sábado, 6 de enero de 2024

Las lecciones de un accidente aéreo: ¡Guardar la calma, no entrar en pánico y férrea disciplina...!

 Desplegados los toboganes de goma, empezó la evacuación. (Redes).

           

            Hace una semana ocurrió un trágico accidente aéreo en el aeropuerto de Haneda, Tokio, Japón.

            Un avión comercial chocó, en la pista de aterrizaje, con otro del servicio de  guardacostas. Ambos se incendiaron. Las causas se investigan.

            La nave mayor procedía de Sapporo, Hokkaido, al norte del país,  con 12 tripulantes y 367 pasajeros a bordo.

            El fuego amenazaba las ventanillas. Adentro, aumentaba la temperatura y la cabina se llenaba de denso humo blanco dificultando la visión.

            Ante la urgencia, desocupar el Airbus era obligatorio. El equipo de sonido estaba averiado. Hubo que usar un megáfono.

            Los auxiliares de vuelo aconsejaron a los ocupantes quedarse en su sitio, mantener la calma y dejar el equipaje de mano para evitar tumultos.

            También, cubrirse la nariz y la boca (lo que se debe hacer en cualquier incendio), para no inhalar humo, mientras se abrían las puertas de emergencia.

            En todos, primó el instinto de supervivencia. Las recomendaciones fueron acatadas al pie de la letra.

            Algunos, exaltados, pidieron que los dejaran salir. La mayoría les  exhortó respetar las advertencias y esperar.

            Solo se abrieron las salidas seguras. Alejadas del fuego. Desplegados los toboganes de goma, empezó la evacuación.

            Afuera, los bomberos luchaban contra las llamas. Otros, protegían las salidas. Aseguraban a la gente el camino despejado.

            Concluyó con 14 heridos del avión comercial. Cinco ocupantes del guardacostas fallecieron. El capitán resultó gravemente herido.

            La operación escape de la tragedia  fue calificada de milagrosa.

             Los expertos resaltaron la acción de la tripulación que pudo organizar "una evacuación de manual", informó la BBC.

            Explicaron que entendieron qué puertas estaban distantes de las llamas. Por eso, no se abrieron todas.

            Indicaron que, en ocasiones, los viajeros pueden ralentizar la operación al entrar en pánico e intentar tomar su equipaje.

            .Hay quienes lo atribuyen al entrenamiento de emergencia de la tripulación.

            Pero, destacan la disciplina de los pasajeros en un país conocido por el respeto a las normas y su consideración del colectivo, antes que el individuo...

1 comentario:

  1. Es un testimonio impactante de cómo la preparación de la tripulación y la disciplina de los pasajeros pueden marcar la diferencia en situaciones de emergencia.

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