Mi padre Juan Gálvez Arce, con su infaltable cámara fotográfica, en el acertado lápiz del recordado Manlio Holguín Gómez.
Vivía en Trujillo. Como la mayoría, era
un hombre humilde y honesto. Cierto día, salió de su casa en busca de un empleo
para mantener a su familia.
En ese afán, se topó con una empresa
periodística que funcionaba en el centro de la ciudad donde fue aceptado como
tipógrafo.
Su tarea consistía en juntar los tipos
para formar las palabras de los artículos que
debían ser publicados al día siguiente en un periódico.
Con carácter y habilidad, dominó enseguida
esa minuciosa labor.
Debido a sus méritos, fue nombrado
jefe del área. En adelante, varios operarios estarían bajo sus órdenes.
La elaboración en los talleres de la
edición tipográfica completa, quedó bajo su exclusiva responsabilidad.
El avance tecnológico terminó con la
tediosa faena de los tipos y pasó a formar las palabras y párrafos en un solo
bloque.
Linotipo, era el aparato. En adelante,
los artículos serían escritos en un teclado y salían ordenados en barras. La
etapa del plomo había llegado.
Surgió entonces un dilema para el jefe
del taller. Adecuarse al progreso o quedar relegado. Optó por aprender el
funcionamiento de la nueva máquina.
Demostrando el mismo empeño del
comienzo, se convirtió en un experto linotipista. Mantuvo así su puesto en la
organización.
Siguiendo su ejemplo, uno de sus hijos
empezó a dar los primeros pasos en el mismo escenario y terminó convertido en
periodista.
Durante sus horas libres, el
linotipista tomaba fotos a la gente y para el diario cuando sus reporteros
estaban muy ocupado.
Atrapado en el fascinante mundo de la
fotografía, instaló su propio laboratorio para revelar las imágenes.
Vendía fotos al público en su austero
estudio. Sin darse cuenta, había generado una nueva fuente de ingresos para su
hogar.
Cuando llegó el momento de jubilarse, ya
tenía montado un trabajo personal al que dedicó su vida por entero hasta el
último de sus días.
La empresa mencionada en esta micro-historia
es La Industria. El hijo que se hizo periodista, soy yo. El protagonista, Juan
Gálvez Arce, mi padre…
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