La actividad futbolística de la mitad de semana, nos dejó dos sucesos que no pueden pasar desapercibidos y es necesario analizar.
Uno
de ellos fue la reprobable agresión que sufrió un jugador del Independiente de
Argentina en el choque con Alianza Lima por la Copa Sudamericana.
El
encuentro era importante porque en Matute se definía el pase a la siguiente
ronda del certamen continental.
Perdía
ya el elenco íntimo y cuando Fabricio Bustos se disponía hacer efectivo un
lateral, recibió el impacto de una bolsa repleta de agua.
El
plástico estalló y lo derribó. Las imágenes fueron captadas y repetidas, desde
varios ángulos, por la cadena internacional Fox Sport.
Un
hecho repudiable que ocurre justo cuando el gobierno acaba de ablandar las
normas existentes contra la violencia en los estadios.
Lo
otro, se relaciona con las desafortunadas declaraciones de Diego Penny, arquero
del Melgar, luego de vencer al UTC y ganar el Torneo de Verano.
Al
ser entrevistado, calificó de "estúpidos" a algunos periodistas que
criticaron a su cuadro por la desastrosa actuación en la Copa Libertadores.
Es
bueno que sepa que el principio fundamental del periodismo es la objetividad. En
eso, radica su valor. La prensa basa sus apreciaciones en lo que ve. En la
realidad. Y Melgar, fue una lágrima.
Algo
más. Las estadísticas señalaron al once mistiano como el segundo peor equipo de
la fase de grupos del 2017. ¡Allí tiene su vuelto...!
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