Equipo de fulbito de La Industria en la década del 80. Figuran: Segundo Ortiz Bocanegra, Manuel Rodríguez Romero, Willy Miranda Pulido y Américo Barriga Rodríguez. Abajo: Hugo Robles Mantilla, Felipe Apaza Amador, Freddy Gálvez Delgado y Víctor Cedano Huamán.
Trabajé
con ambos en el diario La Industria en distintos momentos de mi trajinar en el
mundo del periodismo.
Sinceros
y directos, como es el espíritu de los que vivimos tras el hecho informativo en
una sala de redacción.
Amigos
eternos aún cuando, por razones diversas, tuvimos que abandonar ese crisol
donde nacen las noticias para brindarlas a los lectores.
Son
Karyna de Orbegoso Montoya y Felipe Apaza Amador quienes, por esas
coincidencias del destino, partieron el mismo día al infinito.
Conocí
a Karyna a fines de los setenta cuando ingresó a formar parte del vicedecano de
la prensa nacional.
Con
la sonrisa en los labios y dispuesta a saludar con esa fresca lozanía que la
acompañaba.
Parte
de su tarea fue cubrir las actividades de las organizaciones benéficas a las
que pronto se integró.
Completó
así el cuarteto de oro del periódico con Susy García Quiroz, Dina Yépez Cerna
y, más tarde, Clara Claros Aguilar.
Quienes
fuimos compañeros en La Industria de entonces conformamos entre todos una
especie de indisoluble hermandad.
Últimamente,
Karyna pasó a la televisión donde mantuvo esa proyección caritativa que fue el
símbolo de su vida.
Carlos Urcia, Karyna de Orbegoso, Luis Gonzales, Carmen Rodríguez Luján, Martha Florián, José Murgia Zannier, Hidalgo Saavedra, Freddy Gálvez Delgado, Elder Lázaro Villacorta y Víctor Cedano Huamán.
A
Felipe lo conocí, también en la inquieta oficina de redacción de La Industria,
durante la inolvidable década del sesenta.
Nos
desempeñamos bajo la dirección del entrañable Daniel Gordillo Jara, responsable
de hacerme germinar la pasión por el periodismo.
Era
la época en que no existían grabadoras, celulares, ni computadoras. Capturábamos
los datos a mano con bolígrafo y papel.
Pero,
el diario tenía que publicar los artículos y nuestra obligación era recolectar
los detalles para escribirlos con objetividad.
Apaza,
pertenecía a una generación de poetas jóvenes. Era el menor y más tranquilo
entre el bullicioso grupo de periodistas.
Si
embargo, se adaptó pronto y cubrió con ejemplar exactitud el desafío que exige
el tratamiento noticioso.
Después
de la aparición de Satélite, el "Chino" Lorenzo Kcomt Kooseng lo
llevó a la redacción del vespertino.
Su
prueba de fuego fueron las diferentes etapas del Festival Internacional de la
Canción organizado por el Club de Leones.
Allí
alternamos tareas llenando páginas con informes, entrevistas a cantantes,
compositores y adelantando pronósticos sobre posibles ganadores.
Hay
una graciosa anécdota que cuenta el colega Hugo Robles Mantilla con Karyna y
Felipe como protagonistas.
Siendo
Apaza presidente del Círculo de Periodistas de La Industria se le encomendó
organizar una actividad para recaudar fondos pro navidad.
La
cita fue el Centro Usquilano. Asistieron Luis Santa María Calderón, presidente
de la Corlib y José Murgia Zannier,
alcalde de la ciudad, entre otras autoridades.
Se
hacía tarde y, como nadie se animaba abrir el festejo, Felipe acudió a Karyna y
Dina y les dijo:
-- Bien chicas. Ustedes van a tener que
"sacrificarse". Inviten a bailar a Santa María y Murgia --lo
hicieron y se armó la fiesta.
La
reunión fue un éxito y los periodistas de La Industria y SATÉLITE celebraron
una de las más gratas navidades.
Por
ahora solo nos queda la satisfacción de haberlos conocido y compartido
imborrables instantes. ¡Hasta siempre Karyna y Felipe...!
No hay comentarios:
Publicar un comentario