Autoridades y congresistas tienen la obligación de gestionar la instalación de un radar en el aeropuerto de Huanchaco. (Captura SolTv).
La más triste noticia de
los últimos tiempos, la recibimos los liberteños la última semana del mes de la
primavera.
Ocurrió luego de la
reunión que sostuvo el gobernador regional con representantes del ministerio de
Transportes y Corpac.
Fue convocada para buscar una solución al problema de la
frecuente suspensión de vuelos por mal tiempo en el aeropuerto de Huanchaco.
Declaró el gobernador que, según los
técnicos de Corpac, no se requiere radar para garantizar el aterrizaje de los
aviones.
De acuerdo a la nota de prensa enviada
a nuestro despacho, "el radar no es el problema sino es el mal tiempo, que
no permite al piloto ver la pista de aterrizaje...".
Agregó que se harán mejoras en el
aeropuerto, pero lo más importante será el cambio diario del itinerario de
vuelos.
Es decir, dejará de utilizarse el
procedimiento actual con vigencia para cuatro o seis meses, atendiendo las
diferentes épocas del año.
La autoridad acotó que “La solución es
inteligente. El itinerario de La Libertad en cuanto a vuelos se va a cambiar de
acuerdo a la estación..."
"Si hay tiempo adverso para
aterrizaje a las 6 de la mañana se puede cambiar para las 11 o al mediodía. Eso
se va a hacer a corto plazo”, dijo.
El
problema de la suspensión de vuelos o aterrizajes debido a las condiciones
climáticas, no es nuevo.
Se
presenta desde hace mucho tiempo motivando incluso que las naves viajen hasta
Chiclayo y los pasajeros vengan por tierra a Trujillo.
Los
pálidos reclamos de las autoridades y los congresistas recibieron similar
desinterés de parte del gobierno.
Hace
casi un año, el ministro del ramo anunció una partida de cinco millones de
dólares para equipar y adquirir un radar de última generación. No pasó nada.
Lo que
sí se conoce es que la dificultad de la nubosidad para el aterrizaje de los aviones se presenta
en todas partes de la Tierra.
Y la solución
no es la alteración del itinerario, sino la instalación de un radar con
información computarizada al piloto en la cabina de mando.
Utilizando
la lógica. Una cosa es estar en Trujillo a las seis o siete de la mañana y otra,
muy distinta, al mediodía.
Eso,
para un hombre de negocios, empresario o turista que desea conocer nuestras
bondades en un día, no solo representa pérdida de tiempo, sino de dinero.
Más aún.
En el mundo entero la gente que viaja por vía aérea programa con anticipación sus
recorridos en base a "empalmes".
Mucho
antes de partir de su lugar de origen ingresa a las páginas virtuales y
verifica a qué hora llega a Lima y qué vuelo debe abordar para estar en
Trujillo.
Variar
a diario el itinerario nos estaría volviendo a la época de Colón. Cuando las
carabelas se impulsaban a capricho de la velocidad del viento.
O,
cuando nos detenemos en una esquina de la avenida España esperando un micro sin
saber a qué hora vendrá.
El
transporte público en el planeta funciona al compás del reloj. Jamás al ritmo
de las fuerzas de la naturaleza. Salvo casos especiales de nevadas,
tempestades, cataclismos o similares.
Respecto
a nosotros solo queda insistir. Gestionar al más alto nivel. "Ponerse la
pilas".
El aparato es urgente. Un aeropuerto sin radar, es un golpe
bajo al progreso...
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