Libman intuye el disparo y desvía el penal. Evitó la derrota y salvó un punto de visita.(Gol Perú).
Salomón
Libman regresaba al Mansiche después de dos años.
La
última vez que pisó el gramado trujillano fue defendiendo las sedas de la
Universidad César Vallejo.
Durante
cuatro temporadas lució el negro uniforme que lo caracteriza en el arco. Jugó la Sudamericana y una pre
Libertadores.
Cuando
el once "poeta" bajó de categoría, no quiso dejar el fútbol profesional. Buscó
otros horizontes.
Ancló
en el recién ascendido Sport Ancash y no le fue bien. Padeció problemas
económicos con la dirigencia.
Ahora
alinea en el Sport Huancayo que el sábado vino a Trujillo por la segunda fecha
de la Liga 1.
Enfrentaba
a la Vallejo. Su ex club. En el que tapó de todo. Hasta penales y compartió alegrías, abrazos
y enterrados pesares.
Sus
destacadas actuaciones motivaron ser convocado a integrar el plantel bicolor
en su ruta hacia Rusia 2018.
El
fin de semana volvió al estadio que vibró con sus atajadas. Sabía que la afición
lo recordaba. Debía confirman que sigue siendo tan bueno como antes.
Dicen
que los guardametas son como el vino. Mientras más años tienen, son cada vez
mejores.
Fatalmente,
antes de los 20', una desacostumbrada jugada en pared entre Silva y Pacheco, le
rompió la red.
Como
si estuviera implorando, Salomón mira al cielo. El ardiente Sol que soportamos,
le revienta la frente.
Parece
que alguien lo escuchó allá arriba. Neumann empata en un tiro libre indirecto
dentro del área.
Las
cosas se entonan cuando Ross recibe un servicio adelantado. Corre con todas sus
fuerzas, remata y deja despatarrado a Fernández.
Increíble.
Huancayo, de visita, gana 2 a 1.
Al
promediar el complemento, hay un disparo en curva. Libman se arroja a la
izquierda y no puede atrapar el balón.
La
bola queda picando a un metro del arco. Se lanza tras ella. Silva se le anticipa y la
introduce. De nuevo igualados.
El error de Libman. La pelota se le escurre y Silva anota el empate. (Gol Perú).
Vacías y mudas están las cabinas. En tiempos de la información instantánea, no hay
trasmisión radial (?). El opaco grito del escaso público en las graderías, apenas se
escucha.
Libman
se reincorpora. Pone las manos en la cintura. Ya no mira arriba. Dirige los ojos al gras. Busca el recorrido de las hormigas. Quiere que la tierra se lo trague.
Se
siente culpable. Se le nota en el rostro. Se muerde los labios. Con la enguantada mano
se frota su crespa cabellera.
El
duelo va por los 90'. Por lo menos, se llevan un punto. Aunque debían ser tres. Si ese esférico no se le escurría.
De
repente, ocurre lo peor. Aparicio derriba a Orejuela en el área y cobran penal.
¡No puede ser...!
-- Nos íbamos a llevar
tres puntos. Después, uno. Y, si no lo tapo, ninguno. No. ¡Mil veces, no...!
--gruñe, en silencio, el meta.
Silva perdió una pena máxima en Juliaca, la semana pasada. Aunque él dijo que
seguirá pateando penales, Del Solar lo castiga. Prefiere al mismo Orejuela.
El
goleador de la Segunda es un experto anotando. Libman, defendiendo su valla.
Suena
el pito. Viene el lanzamiento a la derecha. ¡Tapadón...! El portero la desvía. Rechaza la defensa . Permanece el empate. Termina el encuentro. Salvan un punto.
Salomón
es como el vino. Lo demostró hoy. Conserva
intactas sus condiciones. Mantiene su clase.
Y,
lo más valioso. Es un verdadero profesional. Posee lo que a muchos les falta. Lucha por lo que practica. ¡Tiene
amor propio...!
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