sábado, 23 de febrero de 2019

Más allá del fútbol:¡El amor propio de Libman...!

Libman intuye el disparo y desvía el penal. Evitó la derrota y salvó un punto de visita.(Gol Perú).

          Salomón Libman regresaba al Mansiche después de dos años.

          La última vez que pisó el gramado trujillano fue defendiendo las sedas de la Universidad César Vallejo.

          Durante cuatro temporadas lució el negro uniforme que lo caracteriza  en el arco. Jugó la Sudamericana y una pre Libertadores.

          Cuando el once "poeta" bajó de categoría, no quiso dejar el fútbol profesional. Buscó otros horizontes.

          Ancló en el recién ascendido Sport Ancash y no le fue bien. Padeció problemas económicos con la dirigencia.

          Ahora alinea en el Sport Huancayo que el sábado vino a Trujillo por la segunda fecha de la Liga 1.

          Enfrentaba a la Vallejo. Su ex club. En el que tapó de todo. Hasta penales y compartió alegrías, abrazos y enterrados pesares.

          Sus destacadas actuaciones motivaron ser convocado a integrar el plantel bicolor en su ruta hacia Rusia 2018.

          El fin de semana volvió al estadio que vibró con sus atajadas. Sabía que la afición lo recordaba. Debía confirman que sigue siendo tan bueno como antes.

          Dicen que los guardametas son como el vino. Mientras más años tienen, son cada vez mejores.

          Fatalmente, antes de los 20', una desacostumbrada jugada en pared entre Silva y Pacheco, le rompió la red.

          Como si estuviera implorando, Salomón mira al cielo. El ardiente Sol que soportamos, le revienta la frente.

          Parece que alguien lo escuchó allá arriba. Neumann empata en un tiro libre indirecto dentro del área.

          Las cosas se entonan cuando Ross recibe un servicio adelantado. Corre con todas sus fuerzas, remata y deja despatarrado a Fernández.

          Increíble. Huancayo, de visita, gana 2 a 1.

          Al promediar el complemento, hay un disparo en curva. Libman se arroja a la izquierda y no puede atrapar el balón.

          La bola queda picando a un metro del arco. Se lanza tras ella. Silva se le anticipa y la introduce. De nuevo igualados.
El error de Libman. La pelota se le escurre y Silva anota el empate. (Gol Perú).
 
         Vacías y mudas están las cabinas. En tiempos de la información instantánea, no hay trasmisión radial (?). El opaco grito del escaso público en las graderías, apenas se escucha.
          Libman se reincorpora. Pone las manos en la cintura. Ya no mira arriba. Dirige los ojos al gras. Busca el recorrido de las hormigas. Quiere que la tierra se lo trague.

          Se siente culpable. Se le nota en el rostro. Se muerde los labios. Con la enguantada mano se frota su crespa cabellera.

          El duelo va por los 90'. Por lo menos, se llevan un punto. Aunque debían ser tres. Si ese esférico no se le escurría.

          De repente, ocurre lo peor. Aparicio derriba a Orejuela en el área y cobran penal. ¡No puede ser...!

          -- Nos íbamos a llevar tres puntos. Después, uno. Y, si no lo tapo, ninguno. No. ¡Mil veces, no...! --gruñe, en silencio, el meta.

           Silva perdió una pena máxima en Juliaca, la semana pasada. Aunque él dijo que seguirá pateando penales, Del Solar lo castiga. Prefiere al mismo Orejuela.

          El goleador de la Segunda es un experto anotando. Libman, defendiendo su valla.

          Suena el pito. Viene el lanzamiento a la derecha. ¡Tapadón...! El portero la desvía. Rechaza la defensa . Permanece el empate. Termina el encuentro. Salvan un punto.

          Salomón es como el  vino. Lo demostró hoy. Conserva intactas sus condiciones. Mantiene su clase.

          Y, lo más valioso. Es un verdadero profesional. Posee lo que a muchos les falta. Lucha por lo que practica. ¡Tiene amor propio...!        

No hay comentarios:

Publicar un comentario