sábado, 25 de julio de 2020

El insólito récord del alcalde: ¡No cierra un juicio y le abren otro...!

Los procesos judiciales del alcalde  han generado  una situación insólita en la historia de Trujillo. (Grado Cero Prensa).
         
         En la historia de Trujillo, nunca hubo una autoridad edilicia como la actual. Con problemas judiciales.

          Amparado en una absurda legislación electoral, postuló y logró la alcaldía provincial.

          Tenía la experiencia como burgomaestre de La Esperanza durante tres períodos.

          Siendo aspirante, arrastraba denuncias en contra. Pero, la inexplicable ley, le abrió las puertas para candidatear.

          Con conocimiento, o por ignorancia, recibió el respaldo ciudadano y asumió la alcaldía.

          Fiel a sus convicciones, trajo consigo empleados que lo acompañaron en sus anteriores gestiones.

          Antes de cumplir un año en el nuevo cargo, recibió la sentencia de cuatro años de prisión suspendida en segunda instancia.

          Se le acusa de irregularidades en la compra de accesorios para bloqueadores de celulares a instalar en el penal el 2012.

          Suspendido en las funciones por los regidores, continúa ejerciendo. Mientras, su destino salta de un tribunal a otro.

          En medio de esa encrucijada, afronta otro juicio por la presunta sobrevaloración en el alquiler de baños químicos el 2017.

          La Fiscalía de Corrupción de Funcionarios, cuyo nombre original es kilométrico, solicita una sanción de 4 años 8 meses de prisión.

          Se sustenta la acusación en que, posiblemente, pagó 78 mil soles por alquilar cinco baños químicos que costaban dos mil.

          Es incuestionable que toda acusación judicial es una preocupación para la persona inculpada.

          La situación trasciende cuando se trata de una autoridad que, por excelencia, debe concentrarse en sus funciones.

          También es entendible la necesidad de coordinar la defensa con sus abogados. Pero eso, lo distrae.

          Y, al final, la ciudadanía es la perjudicada.

          El caso ocurre justo cuando el Legislativo debate impedir postular a cargos públicos a los sentenciados en primera instancia.

          ¡Qué ironía...! El alcalde no termina un juicio y ya tiene otro. ¡Sin proponérselo, batió un récord...!

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