Como suele suceder en los comicios, las elecciones de abril revelan peculiares cualidades de ciertos candidatos.
Emergen
en las expresiones y acciones de los propios protagonistas.
La
actitud de algunos es tal, que da la impresión que postulan con la intención de
probar suerte o ver "qué sale".
Como
quien aspiraba al sillón presidencial, pese a que hace años reside en el
extranjero. ¿Conocería nuestra realidad...?
El JEE
lo dejó fuera de carrera por otras consideraciones.
O el
que declaraba su anhelo de ser congresista "para resolver los problemas de
salud en La Libertad".
Y,
cuando se le preguntó si conocía la cantidad de contagiados por covid en la
región, no supo qué contestar.
No
falta la pretendiente a una curul en el congreso que nació, vive y trabaja en
Lima y postula por La Libertad.
Al
indagar sobre esa especie de incongruencia, sentenció:
-- Es que mi apellido es trujillano... (?).
Un relevante
aspecto que debe revisar una futura reforma electoral.
A
propósito de los legisladores liberteños. Escuchamos pronunciar "segundaria"
a uno de ellos.
Error
idiomático captado con relativa frecuencia en el medio. Urge elevar el nivel intelectual
del Legislativo.
Entre la
avalancha de postulantes, existen situaciones contradictorias.
Como la
joven que no acredita ingresos en su hoja de vida, sin embargo promociona su
nombre en paneles que cuestan miles.
Hay de
todo. Hace poco, la policía detuvo, en un mall de Lima, a una pretendiente al
hemiciclo.
¿El
motivo...? Haber introducido una blusa de marca en su cartera.
Al
solicitarle explicaciones, declaró:
-- Es
que en la puerta no dejaron ingresar a mi amigo (?).
Y no
falta quien saca pecho diciendo que "su esposa lo mantiene". Pero él,
quiere ser presidente...