Rebrote o segunda ola. Aunque la primera nunca se fue. El covid-19, con su variante británica, es más contagioso.
El
panorama en el Perú es similar a lo que sucedió en Europa hace unos meses.
La
vacuna ya viene. Pero, no hay que confiarse. Vivimos las consecuencias de las
fiestas de fin de año y las marchas de protesta.
A pesar
de ese pernicioso ambiente, algunos postulantes iniciaron sus campañas buscando
votos.
Sin
mediar el peligro, comían de un mismo plato descartable, hablaban y bailaban en
masivos desayunos populares.
Violaron
las medidas de bioseguridad impartidas para proteger la salud de la población.
Sobre
ese delicado caso, la Premier declaró
que va a alcanzar una opinión a los organismos pertinentes.
"Son
ellos los que deben decidir la forma de realizar las campañas electorales...",
sentenció.
El jefe
de la ONPE afirmó que su entidad no puede restringir tales eventos.
Por
último, el presidente del Jurado Nacional de Elecciones declaró: "Me
dirijo a los partidos políticos para que se sirvan respetar las disposiciones..."
Y
añadió: "Se trata de un acto de responsabilidad colectiva que espero sea
objeto de vuestra atención..."
Precisó,
además, que la policía se encargará de vigilar las concentraciones.
¿Encontrará
acogida el "suplicante" pedido...?
Conociendo
nuestra idiosincrasia, queda la posibilidad que la sugerencia pueda ser
desacatada.
Ante un
enemigo mortal que acecha a la humanidad, el ente electoral debe ser inflexible.
Contundente.
Deje a
la policía combatir la delincuencia y cumplir sus objetivos.
Adopte
medidas drásticas. Impida postular a los
candidatos infractores. Verá como todos se alinean.
Ya tienen
suficiente con los 77 millones de soles entregados por el Estado para la franja
electoral.
En
tiempos de pandemia, salvaguardar y privilegiar la salud pública es primordial...
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