"No hieras a una mujer, ni con el pétalo de una rosa...", reza el proverbio persa.
El poeta mexicano Amado Nervo complementó: "Mas yo te digo: "Ni con el pensamiento...".
Dos enternecedoras frases que exaltan la delicadeza, dulzura e inteligencia del sexo femenino.
Traídas a propósito de la agresión verbal sexista de la que habría sido víctima una congresista.
La delación se agrava porque involucra a un miembro de las altas esferas del Estado.
Que es el encargado de conducir las políticas públicas del país.
Y cuya función es velar por la defensa de los derechos de la mujer, la lucha por la igualdad y la no discriminación.
Así como el fortalecimiento de la "justicia para mujeres que deciden denunciar cualquier tipo de violencia...", como anota la Defensoría del Pueblo.
El caso compromete al gobierno. Sin embargo, el responsable lejos de reconocer su error y pedir disculpas, se mostró esquivo.
Trató de justificarse con respuestas y explicaciones vacías.
Una, aludiendo a la familia como recurso para desanimar a las damas delatar a sus agresores.
Lo insólito es la gratitud, de unas damas, al implicado "por su trabajo en favor de la mujer" (?).
Al respecto, la expremier Violeta Bermúdez dijo: "Pensé que era una broma de mal gusto. No pueden reírse así de nosotras..."
Preocupa que el presidente, quien lo nombró, no se haya pronunciado.
Sobre nuestra compañera, desde la Creación, me quedo con la cita del Talmud:
"La mujer salió de la costilla del hombre, no de los pies para ser pisoteada, ni de la cabeza para ser superior..."
"Sino del costado, para ser igual. Debajo del brazo, para ser protegida y a lado del corazón... para ser amada..."
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