Tuvo que transcurrir casi medio año
para que el presidente Pedro Castillo decida dialogar con tres periodistas. Uno
por uno.
Primero "hizo una práctica" con
dos colegas capitalinos que perdieron la oportunidad de obtener mejores frutos.
Era la ocasión de sus vidas. Romper el
hermetismo de una persona que mantuvo silencio durante tanto tiempo. Excepto en
plazas públicas.
Porque todo mandatario está obligado a
informar de su gestión y responder a la ciudadanía a través de los medios de
comunicación.
A los limeños, les faltó ser más
incisivos. Obviaron las repreguntas. Recursos "de cajón" para
alcanzar la noticia de impacto.
Táctica que, con habilidad y sutileza,
empleó el mexicano Fernando del Rincón de
la agencia CNN.
Vino preparado. Y su destreza
indagando, confirmó y reveló temas en torno a quien nos gobierna.
Así nos enteramos que "no fue
entrenado para ser presidente y que está aprendiendo en el cargo..."..
Pese a los cuestionamientos, afirmó
que la aspiración cumbre de su gobierno es la asamblea constituyente y una
nueva constitución.
La justificó refiriéndose a aspectos ya
contemplados en la Carta Magna vigente como el derecho al agua y la salud.
Y, tal como sucedió las esporádicas
veces que aceptó a los reporteros en campaña, rehusó pronunciarse sobre Cuba y
Venezuela.
Sin embargo, lo que que cayó como un
baldazo de agua helada, fue su pretensión de ceder una salida al mar a Bolivia.
Mencionó que era un clamor del Altiplano
y que se concretaría mediante un referéndum a los peruanos. (?).
Con posterioridad a la entrevista, del
Rincón habló de la impresión que le causó el jefe de Estado.
“No tiene habilidades comunicacionales que
resaltar...”. “Le falta definición...". "Le falta puntualizar...”.
Al
final, vale el debut presidencial con la prensa. Era importante.
¿Habrá
pronto otro encuentro...? ¿Con todos los periodistas al frente...?
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