No es la primera vez. Ha ocurrido en anteriores gestiones. Mortifica, que cada vez aumenten.
Se trata de ciertos congresistas que se quejan porque la remuneración que tienen, según ellos, no les alcanza para vivir.
Lo desagradable es que su pago mensual es muy superior al común de los peruanos. Ganan 15,600 soles y, según refieren, obtienen 10,200.
¡Un platal para cualquiera de nosotros...!.
Hace unos días el parlamentario cusqueño, de Alianza para el Progreso, Alejandro Soto, dijo;
--
Yo también siento la pegada del pan, del azúcar, del arroz, Seré congresista, pero no gano una
millonada...
-- Nosotros ganamos apenas (¿Apenas...?) 10 200 soles porque el salario bruto es 15,600 soles --protestó airadamente.
Arremetió luego contra los ministros pidiendo a la ciudadanía exigirles mayor actividad:
--
Un ministro gana 30 mil soles, sin ser
elegido por el pueblo, entonces, hay derecho de exigirle al ministro que trabaje...
No es el único. El año pasado, su colega arequipeña
María Agüero, de Perú Libre, se hizo conocida por cuestionar lo mismo.
Señaló,
en aquella oportunidad, que "la vida en Lima es muy cara...".
Y volvió a sorprender hace poco al declarar a
la prensa que "solo recibe 10 mil soles...".
El
estribillo de los aspirantes al congreso en campaña es "trabajar por el
Perú".
Los
postulantes a una curul conocen el sueldo de un legislador y los beneficios por
desempeñar el cargo.
Y,
si alguien considera que no colma sus sueños, no postule. Así, evitará ridículos lamentos.
Los
quejosos obvian la gratificación de navidad y año nuevo, función congresal, gastos
de representación y pensión.
También
el celular, la laptop, y el seguro de salud privado, que casi nadie goza, entre
otras gollerías.
A
todo esto. Y, en honor a la verdad. ¿Han demostrado los congresistas que
merecen el sueldo que reciben...?
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