sábado, 3 de junio de 2023

El precio por decir la verdad: acosar al mensajero: ¡ Aspiramos el bien común y no impedirán cumplirlo...!

Histórico local de los diarios La Industria y SATÉLITE en Trujillo. (Redes).

   

            Un hecho sin precedentes en el ambiente periodístico de Trujillo, ocurrió la semana que se fue.

            Personal de fiscalización de Defensa Civil de la comuna local visitó las instalaciones de los diarios La Industria y SATÉLITE.

            En un acto, por demás inusual para esta Casa Editora, trataban de verificar la existencia de ciertos certificados.

            Al final se hicieron algunas recomendaciones y nada más.

            Sin embargo, por la forma y el momento que vivimos, trascendió que la medida tendría un sentido mucho más allá de lo imaginado.

            Podría interpretarse como una especie de amedrentamiento debido a las constantes denuncias y críticas al cuestionado trabajo del alcalde.

            Puede entenderse algo así como el precio que debemos pagar solo por decir la verdad.

            En los años que llevamos en el periodismo, que suman ya varias décadas, jamás se ha presentado una situación de esta naturaleza.

            Incluyendo la romántica Era del Plomo. Con la bulliciosa impresora rotoplana, el linotipo para los textos y el cliché hermano carnal de las fotos.

            Gobiernos municipales sucedidos uno tras otro recibieron similar trato noticioso cuando no hicieron una eficiente gestión y nunca pasó nada.

            Al contrario, existieron alcaldes que, con hidalguía,  reconocieron sus errores y agradecieron las observaciones de la prensa.

            Los archivos depositados en este histórico y mítico edificio registran las imágenes de burgomaestres dialogando con nuestros directores.

            Como caballeros, que lo demostraron en toda ocasión, aceptaron que se equivocaron.

            Rectificaron el rumbo para satisfacción de la colectividad trujillana y lo patentizaron con un sincero abrazo de gratitud.

            No osaron amenazar. Ni mucho menos condenar la noble y sagrada misión periodística que desplegamos.

            Sencillamente porque nuestro trabajo se sustenta en la objetividad, imparcialidad, transparencia y el suceso corroborado.

            Casos como el que comentamos no nos atemorizan. Al revés, constituyen el impulso que estimula seguir adelante.

            Informamos en búsqueda del bien común, la seguridad, tranquilidad y el progreso de trujillanos, liberteños y peruanos.

            Ese es nuestro fin supremo. ¡Y nadie, ni nada nos impedirá cumplirlo...!

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