Argentina se llevó el trofeo de campeón de la Copa América 2024, jugada en Estados Unidos.
A
pesar de las descoordinaciones previas, la victoria ante Colombia por la mínima
diferencia, dejó varias lecciones.
Algo
que debe asimilar el fútbol peruano si aspira ofrecer algo más.
Una
de ellas, es la disciplina de los jugadores y el cuerpo técnico. Que, aunque no
parezca, se traduce en el rendimiento.
El
elenco argentino dio oportunidad a la nueva oleada de jóvenes que alternaron
con los de mayor experiencia.
Varios
de ellos ingresaron ante los cafeteros. Demostraron sus virtudes y gozaron las delicias del título.
En
cuanto la actitud. Poner la pierna fuerte, evitando la agresión. Entregarse por
entero y romperla.
Los
avances veloces frontales y por las puntas en busca de los centros al fogón para el tiro de
gracia de los artilleros.
Escasos
servicios atrás. Pésima costumbre de la Bicolor.
La
cereza sobre el pastel de la final, fue
el gol. La exquisitez del pase a Lautaro. El que le hizo los dos goles a Perú.
Sin
la mínima idea de dominarla, Fue apenas un toque que dejó libre al goleador del
certamen.
Martínez
tenía el arco esquinado. Vatgas, como debía ser, cubrió el parante izquierdo y
él se la lanzó al derecho. Nada que hacer.
Todo,
a la velocidad de la luz. Donde la agilidad, los reflejos y la potencia cumplen
un papel fundamental. ¡Una lección de un campeón...!
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