Eduardo Salhuana es el presidente del Congreso. Cuestionado desde el inicio por supuesta vinculación con la minería ilegal.
Al margen de ello, hace unas semanas
visitó Madre de Dios y se dirigió públicamente a la colectividad.
En un momento de su intervención, se
refiriró a las movilizaciones ciudadanas convocadas en Lima y Callao, diciendo:
“Este Congreso es empático. Sabe tener
una mirada cercana al pueblo que lo ha elegido”.
¿Empático...?.
¿Conoce Salhuana el significado de esa palabra...?
La empatía, según el diccionario, es
la capacidad de comprender las emociones y sentimientos de los demás. Que el Legislativo
ignora.
Para lograrlo, se basa en el
reconocimiento del otro como su semejante. Circunstancia vital para la vida en
sociedad. Que los congresistas desdeñan.
¿Cercano
al pueblo...?. Otra mentira más. Si ellos solo proponen y aprueban leyes a su
favor. Sin atender urgencias de la
ciudadanía.
La
respuesta esta en las frecuentes encuestas. Sondeos que apenas les otorgan una ridícula
cifra de aprobación.
Luego,
anunció
comprometerse a "impulsar un mecanismo con los demás poderes. Porque el
pueblo tiene que ser escuchado”.
Palabras
huecas. Que el cálido viento amazónico difuminó.
Aunque
no parezca, el registro de Salhuana es auténtico. Lo difundió el propio canal
del Congreso de la superpoblada oficina de Imagen.
Fue
tan fingido e inexacto que los medios no le dieron importancia.
Según los expertos, la mentira es una
práctica común que debe ser extirpada del sistema democrático.
Estiman que los políticos eran más sinceros y francos en el pasado, mientras que los actuales "aparecen como mentirosos compulsivos".
Existe
una anécdota del político español que proponía que mentir en el parlamento, sea
considerado delito. Y el periodista que comentaba que si Dios lo permitía, el hemiciclo se quedaba vacío...
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