El tiempo transcurre inexorable. Pero, hay hechos que, en su momento, nos marcaron. Dejaron huella. Tal como la pandemia del Covid 19.
Brotó
en Asia a fines del 2019 y, a mediados de marzo del 2020, hace cinco años, ya
la teníamos entre nosotros.
Casi
dos años después de llevarse familiares y amigos, las cifras de víctimas fueron
escalofriantes. Muchos, quedaron con secuelas.
Al
margen de la mortandad, Trujillo sufrió irreversibles cambios que influyeron en
la vida de todos.
¿Recuerdan
que aumentó el precio de algunos productos alimenticios y el pasaje en el
transporte público...?.
Antes
de la letal enfermedad, el tradicional panadero
en triciclo y la tienda de la esquina, nos vendían 8 panes por un sol.
Escaseó
la harina y la cantidad se redujo a cuatro. Y así, se quedó hasta la
actualidad. Algo parecido sucedió con los plátanos.
La avena,
quinua y otros cereales aumentaron tres o cuatro soles. El tarro de leche
superó los tres soles.
El alza
más radical fue en el transporte público. El servicio urbano costaba un sol. Se
elevó el cien por ciento. Hoy vale el doble.
Los
taxistas, que no perdonan y nunca pierden, no se quedaron. Aprovecharon bien de
ia tragedia.
Una
carrera cercana de San Andrés o Las Quintanas al centro costaba cuatro soles.
Hoy, no baja de seis. Y, si te ven apurado, te dicen: ¡Siete...!
En toda
farmacia, las mascarillas costaban 50 céntimos.
Subieron a 4 y 5 soles. El litro de alcohol, de seis soles a diez. Y, ahí
quedó.
Cualquier
mall vendía el paquete de 40 rollos de papel higiénico a 12 soles. Se elevó a
26 y ya hay letreros anunciándolo a 42. ¿Por qué...?
Al
final, a la desdichada ciudadanía, solo le queda pagar...
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