La cola cruza la vereda, el área verde y dobla sobre el sardinel del jardín. El transeúnte de la izquierda tuvo que bajar para poder pasar.
El
Perú es el país de la informalidad. Queda demostrado en el comportamiento más
elemental de la gente, hasta llegar a los más complejos.
Como
el caso de formar una simple cola para realizar una gestión o actividad.
Es
obligatorio esperar en orden el momento para ser atendido. Conforme llegan uno
se ubican al final. Pese a ello, casi siempre hay quien trata de introducirse
antes.
Cuando
la hilera es muy extensa, se prolonga hacia la calle y continuar lo más pegado
a la pared colindante.
Debe
dejarse despejada la vereda para el libre tránsito de los peatones. Algo que no
genera ningún problema y ocurre en todas partes del mundo.
Sin
embargo, aquí es común encontrarse con formaciones que, por conversar mirándose
a la cara o descuido, ocupan toda la vereda y exigen a los peatones bajar a la
calzada.
El
colmo de las colas en Trujillo la
captamos en la primera cuadra de la avenida 9 de Octubre.
Fue algo raro. Extravagante. Inexplicable e
informal por la manera de integrarse y hacer la formación cruzando la acera, incluso
las áreas verdes.
Como
se aprecia, la hilera ocupa la vereda en todo lo ancho. ¿Y los peatones...? ¿No
pensaron en las personas que deben
transitar por el lugar...?
En
el instante de pasar por la zona nos atrevimos sugerir a los chicos dejar el
espacio suficiente para los transeúntes.
Nos
miraron como si fuéramos extraterrestres.
Pedimos
permiso. Nos concedieron. Continuamos nuestra marcha. Pero, al volver la mirada
atrás, la cola permanecía inalterable,. Atravesada.
Quienes
la constituían eran jóvenes. Aquellos que, en algunas ocasiones, arman marchas
para protestar en las calles ante cualquier hecho.
Es
posible que, en el futuro, varios de ellos aspiren postular para ser
conductores del destino la región o el país.
Muchachos
que, a pesar de tener la mente fresca y poco contaminada, carecen del mínimo
sentido común.
Una
escena captada en Trujillo que no quisiéramos observar jamás...
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