Mesa directiva del congreso que gozaría de privilegios que deberían ser eliminados. (Redes sociales).
El
congreso es uno de los más importantes poderes del Estado porque representa al
pueblo en su conjunto.
Sus
integrantes proceden del voto ciudadano. Por lo tanto, simboliza el sentir de
las mayorías.
No
obstante, una vez en el cargo, surge la diferencia por el vendaval de ventajas
económicas que perciben.
Allí
están los gastos de instalación, equivalentes a un sueldo mensual, que supera
los 15,000 soles.
Siguen
las gratificaciones de fiestas patrias y navidad de una remuneración completa.
Distinta al resto de servidores públicos con sus 300 soles.
Existen
otras gracias más, como el adicional por formar parte de una comisión especial
o integrar la mesa directiva del parlamento.
En este
último caso las prerrogativas, por lo absurdas, son dignas de un breve análisis.
Como la
facultad de gozar de seguridad brindada por cuatro oficiales de la policía por
turno.
A ello
se añade un vehículo, con su respectivo chofer y combustible.
Aquí,
el asunto se torna contraproducente y hasta escandaloso. Se les entrega 75
galones de gasolina semanales. ¿Tanto...?.
Oiga.
Si un taxista local necesita solo cuatro para recorrer la ciudad durante ocho
horas y cubrir su día.
La revelación
salió a raíz de la decisión de la presidencia de la mesa directiva del congreso
de eliminar esas utilidades a los exdirectivos.
Resulta
que el acuerdo para extenderlo durante un año, fue aprobado por el anterior
presidente y el acta nunca fue publicada en la web.
Daniel
Salaverry anunció la derogación del beneficio y los bidones de gasolina serán
derivados a la Compañia de Bomberos Roma ll de Lima.
Loable
la decisión. Pero, sería mucho mejor si se anulaba también a la mesa directiva
vigente.
La mayoría,
por no decir todos los legisladores, tienen auto del año y chofer. Su elevado sueldo se lo permite.
Justo
fue ese el argumento de los congresistas Mulder, Mantilla y Acuña,
exdirectivos, para pedir exonerarse de la ganancia.
Sin
embargo, los actuales miembros de la mesa seguirían siendo beneficiados con la
seguridad, el auto, chofer y gasolina.
De ser
así, se estaría recortando el número de policías a la ciudadanía para proteger
a cinco personas que cuentan con recursos de sobra.
Tampoco
habría necesidad de conductor y vehículo. Mucho menos del carburante. Sobre
todo, en la voluminosa cantidad que se otorga.
Dirán
que el dinero está presupuestado y hay que gastarlo. Pero, no en esa forma.
Este
trascendental aspecto de la vida congresal debe contemplarse al elaborar el
presupuesto del año próximo.
Porque
esto refleja que el congreso cuenta con una partida sobrevalorada que exige un
sincero reajuste.
Así
como la gasolina pasará a los bomberos, que tanto la necesitan, lo que se
ahorre en autos y choferes debe tener un mejor destino.
Ese
aparente o real primor que se vive en el parlamento es lo que deslumbra a ciertos
ciudadanos para postular a una curul.
Ojalá
que, consciente y objetivamente, sin personalismos y pensando en el país, los
congresistas construyan algún día un legislativo orientado al pueblo. Menos
derrochador.
Y, por
iniciativa propia, deroguen tantos privilegios que, por lo que ganan, resultan innecesarios...
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