Jugadores mannuccistas celebran uno de los goles en la victoria sobre el Santos de Nasca. (La República).
Una
de las victorias más angustiosas obtuvo el Carlos Mannucci anoche ante el
Santos de Nasca en el inicio del cuadrangular de ascenso.
La
tricolor, teniendo en cuenta el antecedente del empate de Cienciano, tomó la
iniciativa del partido.
No
quería sorpresas. Menos que se repita la historia cusqueña.
Aplicó
la lógica, Si son cuatro y dos igualan, obligatorio es ganar y sacar dos puntos
encima.
Con
Noronha y Naranjo como puntas de lanza, la efectividad estaba garantizada.
Pero los planes son excelentes en el papel. Lo
difícil es concretarlos en la práctica.
Los
trujillanos, pese a ser superiores, no lo demostraron el primer tiempo. El once
iqueño resultó un hueso duro de roer.
Luego
de la reflexión en el descanso, la tricolor salió con más decisión.
Las
cosas se facilitan cuando Trauco, el mejor del adversario, reacciona mal ante
una falta y es expulsado.
Cinco
minutos después, Lagos abrió el marcador en una bola parada.
Mannucci
insistió. Sin embargo, no pudo liquidar.
Faltando
5' para el final, se produjo una mano y el arquero Romero consigue la paridad.
El
juez da 4' adicionales y sobre los 46', ante gran jugada de Noronha, Pappano
convirtió el de la victoria.
Una
nueva alegría el sábado permitiría cumplir el objetivo. Hay que tomar el
resultado con calma. Porque fue un triunfo de infarto...
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