Araoz, Chihuán y Walde son los últimos de una larga lista de políticos que ganan demasiado y quieren más. ¿Qué tienen en la cabeza...? (GEC).
Cada día que pasa se consolida entre algunos políticos la controvertida manera de considerar sus voluminosos sueldos como muy bajos.
Y, como consecuencia de ello, invocan al gobierno que se les aumente.
Su forma de pensar es exactamente la misma del avaro. Aquel sujeto carcomido por su insaciable codicia que cuanto más tiene, más quiere.
Hace un tiempo, el primero que se quejó de ganar poco fue Kuczynski, siguió Chihuán que consagró su apellido a nivel internacional como sinónimo de pobre o sin dinero.
Este año se aunaron a decir que su sueldo no les alcanza Bruce, Costa y Beteta.
No quiso quedarse atrás en la lista Araoz, quien se incluyó voluntariamente. Ocurrió lo mismo, hace dos días, con Walde.
Aunque los dos últimos se rectificaron. La ciudadanía no olvida, ni perdona. Lo cierto, es que ya no los mira con los mismos ojos. Les ha perdido confianza.
Si ellos, con sus envidiables remuneraciones, dicen que no les alcanza. ¿Qué pueden decir lo que ganan el mínimo o menos de esa cantidad...?
Los peruanos estamos de acuerdo que el salario de los políticos se reestructure sobre la base de una barrera como tope.
Ahorraríamos mucho dinero que serviría para invertirlo en servicios, educación, salud y vías de comunicación.
Entonces se dirá que los políticos postulan a los cargos para servir y no para llenarse los bolsillos de dinero, como muchos de los actuales...
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