La semana de representación de los legisladores debe ser por iniciativa propia. Es un gasto que debe eliminarse. (Correo).
Desde
hace mucho tiempo, el congreso peruano es noticia de primera plana, informe
televisivo, radial o revelación en las redes sociales.
Pero,
no por cumplir con su objetivo principal en provecho del país, sino por
acciones personales o de interés propio. Vinculadas al dinero.
A pesar
de los catorce suculentos sueldos que ganan al año y los innumerables
beneficios que el cargo les otorga.
Todo
partió, esta vez, de la denuncia que hizo un programa dominical contra seis
legisladores que realizaron cobros indebidos.
Se
indicó que recibieron cheques de 2,800 soles por la semana de representación a
pesar de estar en el extranjero.
La
situación adquiere carácter de escándalo, si se tiene en cuenta que viajaron
con pasajes y viáticos pagados por el Estado.
El tema
fue considerado de tal gravedad, que el ministerio Público inició una
investigación de oficio. Muy bien. Así debe ser siempre.
Uno de
los parlamentarios aludidos aceptó su responsabilidad en parte y aseguró que
devolvería el dinero recibido ilegalmente.
Sin
embargo, apoyado en una serie de documentos, aprovechó para delatar a otros
once congresistas que habrían cometido similar desliz.
Figuran
entre ellos, la tercera vicepresidenta del Perú, un ministro, el presidente del
congreso y la presidenta de la comisión de Ética.
Respecto
a la autoridad del parlamento, hace poco, se le acusó de trucar fotografías y
cambiar fechas para cobrar una supuesta labor cumplida en Trujillo.
La
revelación le costó el cargo al primer asesor del legislador, pues fue separado
del grupo de consultores.
El caso
quedó allí. No se sabe si es motivo de investigación o en qué nivel de análisis
se encuentra.
No
faltan quienes manifiestan que existen varios representantes más comprometidos
en denuncias parecidas.
Algunos
de los acusados expresan que se trata de
una venganza de sus "enemigos políticos". Otros, que es una falla
administrativa.
Sea una
u otra la razón, la famosa semana de representación se cumple escasas veces y
se presta a múltiples especulaciones.
Lo
aconsejable es eliminar este subsidio que solo sirve para estimular el irrefrenable
espíritu de codicia de los congresistas...
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