domingo, 22 de septiembre de 2019

Lluvia en primavera: ¡Una advertencia para acelerar plazos...!

La avenida América Norte en su intersección con Valcárcel. Inédita y dramática imagen tras uno de lo siete huaicos del 2017. No se aprendió la lección.

          Es la primera vez. El arribo de las reinas y bastoneras del Festival de la Primavera a Trujillo coincidió con un día nublado.

          En ocasiones anteriores, el Sol se abrigaba usando como sábanas las nubes y despertaba al mediodía para abrazar a las bellas visitantes.

          El viernes fue distinto. No se le vio. Y, por la noche, nos sorprendió una lluvia que duró más de dos horas.

          Lo suficiente como para originar charcos en diferentes puntos de la ciudad y problemas en los sectores marginales.

          Uno de los principios del periodismo es evitar generar alarma y lo tenemos muy en cuenta.

          Sin embargo, luego de la desgracia causada por los huaicos del 2017, una precipitación pluvial como aquella, preocupa.

          Producidos los desbordes, se determinó que el curso natural de las quebradas de San Ildefonso, San Carlos y El León, debía tratarse.

          Pero, ahí quedó todo. Se dejó pasar el tiempo. Olvidando que el ciclo de las estaciones se repite cada año.

          La inacción de las autoridades y los funcionarios encargados de elaborar expedientes, estudios y proyectos, agravó la situación.

          Fueron casi tres años echados por la borda. Tal como lo resaltamos la semana anterior.

          Con el riesgo que, posiblemente, varios de quienes en su momento no actuaron con la eficiencia debida, se mantengan en los cargos.

          Hace más de un año se presentó el informe completo confiado por dos empresas privadas sobre el tratamiento de los barrancos.

           Razones diversas motivaron que fuera desestimado. Incluso, recientemente por el Colegio de Ingenieros.

          Tal como sucedió hace unos días con un expediente oficial que se dejó de lado por errores numéricos mínimos.

          Lo cierto es que, respecto a trabajos efectivos en los desembalses de las quebradas, no hay nada concreto.

          La lluvia del sábado es una advertencia. Señal que obliga a redoblar esfuerzos y acelerar plazos.

          Es lo único que nos queda tratando de mitigar futuros lamentos...

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