sábado, 16 de mayo de 2020

¿A quién temen los congresistas...?: ¡Su declaración es obligatoria y pública...!

¡Una lástima...! El congreso actual se encamina a ser muy semejante al anterior. (El Diario).

         En enero pasado, cuando la ciudadanía eligió a sus representantes, lo hizo confiando que lo nuevo era sinónimo de adelanto.
          
Quedaba cerrada atrás una página y se abría otra. Distinta, limpia y transparente.
          
Sin embargo, parece que no es así. Los hechos demuestran lo contrario.
          
Veamos. Por el cargo que desempeñan, una de sus obligaciones es presentar la declaración jurada de intereses.
          
Es una innovación de la reforma política que consiste en informar sus vínculos familiares, políticos, económicos, comerciales e institucionales.
          
Tiene la finalidad de enfrentar la corrupción, eliminar los lobbies y elevar el estándar de la función pública.
          
Evitaremos así que los congresistas impulsen asuntos particulares. Sin ninguna proyección ciudadana.
          
A la hora de la verdad, solo nueve de los 130 parlamentarios entregaron su declaración de intereses. ¿Qué pasó…?
         
Frente a la negligencia, la prensa entrevistó al presidente del congreso buscando una 
explicación.
          
Sorprendió al responder que hacer ese documento “no es tan fácil” por el estado de emergencia por la pandemia.
          
Y remató añadiendo que los legisladores afrontan serias dificultades para verificar su árbol genealógico.
          
¿Tan difícil es identificar a la familia y ubicarla en un esquema convencional…?
          
Insistieron los periodistas. Pidieron una justificación por la desidia. Acorralado, afirmó que lo harán cuando termine la cuarentena.
          
Previamente indicó que la declaración de intereses será enviada a la Contraloría y no al Ejecutivo.
          
¡Increíble…!. Pensar que son las mismas personas que, hace unos meses, nos molestaban pidiendo un voto.
          
¡Cómo has cambiado, pelona…! Nos deleita en versos Nicomedes Santa Cruz, refiriéndose a una chica que de la noche a la mañana se transforma.
          
Hay una frase sobre el error de  otorgarle poder a quien no lo merece. Preferimos guardarla para otro momento.
          
Ante la dejadez para cumplir con su deber, cae por su propio peso la interrogante. ¿A quién temen los congresistas…?

No hay comentarios:

Publicar un comentario