Una de las preocupaciones del gobierno, no atendidas aún, es el olvido de los pueblos más apartados.
Poblaciones enteras que
adolecen de los servicios básicos como agua, desagüe y luz eléctrica.
Qué decir de locales
escolares, centros médicos óptimos y carreteras asfaltadas. Por mencionar lo
elemental.
Para superar esas
deficiencias e impulsar el desarrollo, existe una partida especial en el presupuesto.
Millones de soles son
entregados anualmente a los gobiernos regionales y municipios de todo el país.
Y, aunque parezca
increíble, las autoridades devuelven gran porcentaje de ese dinero.
¿La razón...? ¿Por qué no
lo emplearon...? No se elaboraron los proyectos. No hubo interés. O carecen de
personal competente.
Para colmo de males, en
algunos casos, surge el negro manto de la corrupción y pisotea toda aspiración.
No hubo capacidad de gestión.
Y continúan postrados los distritos del interior.
¿Es culpa del sistema...?
¿Se necesita cambiar la Constitución...?
Hay que fiscalizar. Elegir
gente idónea. Sin rasgo de investigación
en su contra. Y, si es preparada, mejor.
Revisar contratos y cargos
de confianza que, como constata Contraloría, no todos cumplen el perfil
profesional que la función pública exige.
El gobierno debe centrarse
en aquello que, como una constante, hemos heredado.
En esa tónica, Renovación
Popular presentó un proyecto para vacar a gobernadores y alcaldes que no
ejecuten su presupuesto anual.
La iniciativa busca modificar los artículos 22 y 30 de la Ley Orgánica de
Municipalidades y Gobiernos Regionales, respectivamente.
Según la propuesta, procederá
la vacancia de alcaldes y gobernadores con una inversión menor
al 40 % al cierre del año fiscal.
Los funcionarios encargados del
cumplimiento presupuestal asumirán la responsabilidad administrativa
correspondiente.
Creadores del planteamiento estiman que
así se incentivará a las autoridades a usar los recursos y contribuir al
progreso de sus pueblos.
Si se aprueba, están
advertidos los elegidos...