miércoles, 30 de noviembre de 2022

La gran vergüenza del año: ¡Perú es líder de la corrupción en América Latina...!

Perú es líder de la corrupción en América Latina. ¡Humillante...!. (Inf.org.)

          En los estertores del año que está por irse, el Barómetro de las Américas nos colgó una postrera y aplastante calificación.

          El último informe, referente a las naciones más corruptas de América Latina, ubica a Perú en el deshonroso primer lugar.

          Según la medición, vinculada a cultura política y democracia, nos otorga un porcentaje de 88 por ciento.

          Superamos, cubriéndonos el rostro, a otros países como Brasil (79 %), Colombia (78 %), Paraguay (75 %), Chile (74 %) y Argentina (69 %).

          El Proyecto de Opinión Pública anota que seis de cada diez peruanos cree que la corrupción está muy generalizada en todos niveles de gobierno.

          "Tanto Perú como Brasil vienen experimentando escándalos de corrupción que involucran a expresidentes recientes...".

          ·"Y otras figuras políticas importantes, con nuevos casos emergiendo cerca o durante el trabajo de campo de 2021...".

          Describe así la parte fundamental del informe  emitido hace unos días por el Barómetro.

          El panorama no parece mejorar este año en Perú con las denuncias fiscales al presidente y el oscuro reflote del caso Odebrecht.

          A propósito del calificativo, capaz de sonrojar a cualquiera, es pertinente adjuntar algunos aforismos que nos harán reflexionar:

          "Cuando no tomamos una postura contra la corrupción, tácitamente, la apoyas..." (Kamal Hansan).

          El científico, inventor y político estadounidense Benjamín Franklin tiene una linda frase al respecto:

          "La honestidad es la mejor política...".

          Y, como muestra que el problema no es de ahora, sino que políticos corruptos existieron siempre, aquí dos más antiguos.

          En el siglo I de la era Cristiana, el filósofo, político y orador romano Séneca, identificado por sus obras de carácter moral, escribió:,

          "Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad...".

          Pero, si me preguntan cuál es mi locución favorita, me quedo con la de Marco Tulio Cicerón, quien, un siglo antes de Cristo, perennizó:

          "Servirse de un cargo público para enriquecerse personalmente resulta no ya inmoral, sino criminal y abominable...".

 

 

                                                                                                            

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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