Cerrar el parlamento en el Perú, es anticonstitucional. Y, el expresidente lo hizo.
Argumentó:
"El congreso ha roto el equilibrio de poderes para instaurar
la dictadura congresal con el aval del Tribunal Constitucional..."
Algo
que nunca ocurrió. Y, en evidente muestra de autogolpe fallido, dio otros
anuncios.
Reorganizar
el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Junta Nacional de Justicia, el
mismo TC y elaborar una nueva constitución.
Aspectos
que, leyendo con los nervios de punta, negó siempre.
Con
este preámbulo, el congreso, convocado para la tarde, adelantó la hora y lo
vacó.
Castillo,
que ahora enfrenta a la justicia que tanto rehuyó, marcó un nefasto hito en la
política peruana.
Se
fue sin mirar frente a frente a los periodistas. Ese comportamiento lo arrastró
desde que era candidato.
Si un
ciudadano o autoridad, honesto y transparente, es denunciado. ¿Debe temer responder
a la justicia o a un reportero...? No.
Tampoco
espera que lo llamen. Va a los tribunales y busca a la prensa para defender su
inocencia. No guarda silencio.
Se
habló de la "gran prensa" capitalina que "publicaba
mentiras".
¿Saben
lo que le puede pasar a un periodista si difunde algo que es falso...?
Va
directo a la cárcel. Está normado aquí y en todas partes. Existen delitos que
nos pueden llevar tras las rejas.
La supuesta
"gran prensa" nunca inventó nada. Se basó en testimonios de la
Fiscalía y sus propias investigaciones.
Por
eso, Castillo propuso una ley para prohibirlo. Pero, no prosperó.
Lo
publicamos hace poco: "Quien cumple
una función pública, debe considerarse a sí mismo, propiedad pública..."
Es
decir, propiedad de todos nosotros. Porque lo hemos elegido y vive de nuestros
impuestos.
Está
obligado a informar sobre su gestión y lo que suceda en su entorno a través de
los medios.
La
prensa es el nexo entre las autoridades y la gente. ¡Es el bastión de la democracia...!
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