sábado, 24 de diciembre de 2022

Entre saltos y sobresaltos, se nos fue el año: ¡Que el 2023 sea de paz, esperanza, progreso...! ¡Y mentes reflexivas...!

          Que el 2023 sea de paz, esperanza, progreso. ¡Y mentes reflexivas...! (Redes).

        

          La semana que iniciamos hoy es la última del 2022. Un año movido. En el que hubo de todo.

          No fue un buen período, si nos atenemos a las palabras del poeta y ensayista estadounidense Walt Whitman, quien dijo:

          "El mejor gobierno es el que deja a la gente más tiempo en paz...".

          Los doce meses transcurridos no fueron justamente de tranquilidad y sosiego.

          Nos invadió la incertidumbre y preocupación por no saber a dónde íbamos.

          Preguntábamos y nos respondíamos nosotros mismos.  Porque no hubo explicación alguna del gobierno cuyo único signo fue el silencio.

          El panorama se ensombreció con las denuncias judiciales e informes periodísticos.

          Resultado. La nula inversión extranjera y privada. Con negativas consecuencias en la economía nacional.

          Pudo ser peor. Pero la sólida  reserva fiscal. Acumulada durante décadas, sirvió de soporte para frenar la debacle financiera.

          La delincuencia quiso aprovecharse de la debilidad política y allí estuvo la policía, con limitaciones que deben superarse, para hacerle frente.

          Hasta que llegó el 7 de diciembre que marcó un hito en la historia del Perú.

          Continuó un estallido social con atropellados pedidos. Preparado con anticipación, según los expertos.

          Habrá adelanto de elecciones. Respetando los plazos exigidos por el Jurado Nacional de Elecciones y la ONPE.

          Es obligatoria la reforma política y electoral para evitar advenedizos de candidatos. Fatalmente, cualquiera no puede ser presidente. Ni congresista.

          Necesitamos gente honesta. Estrategas. Profesionales con dominio de gestión pública. Que nadie llegue a aprender. ¡Basta de improvisados...!

          Démosle la oportunidad a una mujer para que nos gobierne. Ha demostrado temple y no necesita un papel para hablar.

          No teme a las conferencias de prensa y a menos de 15 días de asumir, ya declaraba en canales de tv y radio.

       Una asamblea constituyente en tiempo de ánimos caldeados al clímax y desconocimiento ciudadano, es una necedad.

         ¡Que el 2023 sea de paz, esperanza, progreso...! ¡Y mentes reflexivas...!

 

         

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