Sabe que es peligroso. Pero, como la mayoría, considera que
"no le va a pasar nada".
De pronto, un sujeto la empuja y despoja del móvil. Aparece
otro en moto. Sube y huye con su cómplice.
Pese a la utilidad del cheque de gerencia, un empresario
extrae una elevada suma en efectivo de un banco.
Asciende a su camioneta y parte. Cuatro cuadras adelante,
es interceptado por tres motociclistas armados que le roban la plata.
Hay una popular ferretería en el barrio que vende todo al
por menor. Por es eso, es la preferida de la zona.
Por la noche, el dueño halla un papel extorsivo, con una
dinamita, pidiéndole cierta cantidad de dinero "para no atentar contra él,
ni su familia".
Podríamos seguir describiendo ocurrencias similares. Algunas,
incluso que terminan en asesinatos.
Para colmo, ninguno de los últimos gobiernos tuvo la
voluntad política de encarar este grave problema que crece a diario.
En el tiempo que lleva el actual, estuvo concentrado
en atenuar a grupos que se empecinan en generar violencia.
Pero, hubo un espacio para que la presidenta Dina Boluarte
convoque al Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana.
Anunció en la cita que se abrirán 16 escuelas policiales a nivel
nacional para mejorar la infraestructura de la Policía Nacional.
Aunque no debe descuidarse dinamizar la institución
con modernos equipos digitales, laboratorios, patrulleros y motos.
Consideró
fundamental reformular el Código Penal para enfrentar a la delincuencia
con mayor eficacia.
Valoró,
igualmente, solicitar al congreso la revisión del proyecto referido al traslado
de dos personas en una motocicleta.
Y debe insistirse en operativos para neutralizar la
facilidad del hampa en portar armas de fuego.
Sin olvidar un proyecto en el Legislativo que propone
imputar penalmente a adolescentes de 16 y 17 años que delinquen.
Si esto
se logra, será un significativo paso en bien de la tranquilidad que todos
anhelamos...
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