Un
reciente informe de la ONU revela que la producción mundial de cocaína se
disparó a niveles récord.
Luego
de una desaceleración temporal por la pandemia del covid,
la producción aumentó en los dos años siguientes.
Se
estima que el cultivo de coca subió un 35% entre 2020 y 2021.
Según
el reporte, el 2021 había más de 300 mil hectáreas de plantaciones de coca concentradas
en Colombia, Perú y Bolivia.
Una
de las acciones adoptadas en el país es la Política Nacional contra las Drogas
al 2030.
Tiene
el objetivo de combatir el cultivo ilícito, tráfico y consumo de cocaína e impulsar
el sembrío alternativo de café entre otros.
Está
también la Administración para el Control de Drogas (DEA) que aplica las leyes de Estados Unidos en materia de sustancias
controladas.
Así
mismo, lleva ante el sistema de justicia civil y penal competente a las
organizaciones delictivas.
Pero,
los compromisos asumidos han encontrado serias trabas políticas y de otra
índole para cumplir con su trabajo.
Según la reseña, se verificó un "aumento
constante" de la demanda en la última década e incautaciones que
alcanzaron casi 2 000 toneladas el 2021.
Los
datos mencionan la aparición de nuevos centros de tráfico de cocaína en países
del sureste de Europa, Asia y África.
La
investigación pertenece a las Naciones Unidas
contra la Droga y el Delito (ONUDD), con sede en Viena (Austria).
Sin
embargo, lo espeluznante del estudio es que delata los elementos utilizados en la
elaboración del narcótico. Y el lógico y atroz efecto en la salud.
Explica
que después de recogidas las hojas de los campos de cultivo son sometidas a un
aterrador proceso de laboratorio.
El
vegetal es mezclado químicamente con gasolina, cal, cemento y sulfato de amonio
para obtener una masa blanca.
Eso
no es todo. La mortal pasta es
"enriquecida" con una fórmula de "ácidos y disolventes".
Y el letal
"coctel" queda listo para envenenar o matar a quien lo consuma...
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