En los últimos años, el sistema representativo peruano sufre una severa crisis.
Una
evidencia más, es la revelación de un acreditado medio digital limeño basado en
los informes oficiales del portal Transparencia.
La
cifra es espeluznante. De los 130 parlamentarios, 82 tienen investigaciones
abiertas en proceso en el Ministerio Público.
Dicha cantidad
representa, aproximadamente, el 63% del total de legisladores.
Luis
Picón gana a todos con 107 carpetas fiscales por presuntos delitos de corrupción,
tráfico de influencias y sentencia por abuso de autoridad.
Dando
el mal ejemplo, Alejandro Soto, presidente del congreso, tiene 53 denuncias en
la Fiscalía desde el 2001.
Continúan
Edwin Martínez con 22 carpetas, Enrique Wong, suspendido por falta al Código de
Ëtica, 17 y José Luna, 11 denuncias.
Sigue
la lista. Casi todos los implicados niegan las investigaciones, acusan a
adversarios o se victimizan como perseguidos políticos.
Los
analistas opinan que los
investigados pueden oponerse a proyectos que buscan combatir la corrupción
o blindar a sus líderes con problemas.
Pero,
no se refirieren a las verdaderas causas del alarmante porcentaje. que obedece a
los siguientes factores.
Una
Ley Electoral que facilita postular a cargos públicos a ciudadanos denunciados
e investigados bajo el amparo de la presunción de inocencia.
Esa
norma electiva es cuestionada desde hace años por el diario SATÉLITE y PRENSA VIRTUAL TRUJILLO que constituye, con
propiedad, nuestra jamás escuchada campaña.
La
fragilidad e incapacidad de los entes electorales para detectar a ciudadanos
que cargan a cuestas procesos.
El
inconcebible número de partidos políticos y agrupaciones que complican el
trabajo del jurado y confunden al electorado.
La
inconsistencia de los partidos. Sin elecciones internas, ni filtros confiables.
Camino perfecto para escoger "a dedo" a postulantes.
Agravada por la irresponsabilidad de los candidatos
que, sin escrúpulos, omiten datos verídicos en sus hojas de vida.
Si
añadimos electores desinformados, completamos el coctel ideal para tener congresistas
como los que ahora ocupan una curul. Con excepciones.
Hay
mucho que pulir para que gente sin investigaciones, capaz, honesta e indeclinable
vocación de servicio, llegue al congreso...
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