sábado, 30 de septiembre de 2023

La corrupción se combate de raíz, no a medias: ¡Inhabilitación en la función pública debe ser de por vida...!

La inhabilitación por corrupción en la gestión pública debe ser de por vida  (Redes).

       

               Los problemas lacerantes del Perú actual son la delincuencia y la corrupción.

            Hacerle frente a la primera, corresponde al Estado y las autoridades.

            La otra, a nuestro pesar, está introducida en las entrañas de los malos funcionarios públicos.

            Unos son elegidos por voto popular. Otros, nombrados a dedo confiando en una capacidad que, a veces, no poseen.

            Con frecuencia, la Contraloría informa sobre actos dolosos cometidos en la administración pública. En todos los niveles de gobierno.

            Desde la más alejada alcaldía distrital hasta el propio palacio. Nadie se libra.

            Aunque con pasmosa lentitud, el Ministerio Público y el Poder Judicial sentencian a los culpables por corrupción.

            Según la Constitución, las autoridades sancionadas, pueden ser inhabilitadas en el ejercicio por un máximo de 10 años.

            La novedad, ahora, es la presentación de un proyecto en el congreso que pretende aumentar ese período cinco años más.

            Para ello, plantea modificar el artículo 100 de la Constitución. Con el cambio de ese dispositivo el plazo se elevaría a 15 años.

            El documento señala que "es imperativo abordar la corrupción con determinación y adoptar medidas efectivas para prevenir, detectar y sancionar".

            Continúa que la finalidad es fortalecer la lucha contra la inmoralidad, “problema arraigado en nuestra historia” que afecta a la sociedad.

            La exposición de motivos es certera. Pero, en momentos que el flagelo aparece al abrir un expediente, hay que ser más drásticos.

            No se puede tener benevolencia a personas que creyeron que el poder que les otorgó un cargo, fue motivo suficiente para enriquecerse.

            Esa es la mentalidad de cierta gente inescrupulosa que cumple la gestión pública. Con honrosas y elogiables excepciones.

            El sentenciado que regresa al manejo público aprovechará su experiencia para actuar con más astucia. He allí el peligro.

            La corrupción es un enemigo implacable. Y, la solución es eliminarla de raíz. No a medias.

            Quien ha defraudado a la ciudadanía por corrupto, debe ser inhabilitado no 10, ni 15 años. Si no, de por vida...

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