Causó gran revuelo y se viralizó en las redes la ocurrencia del joven que fue descubierto plagiando en un examen.
El
estudiante se colocó en un brazo una gasa con huellas rojas, simulando una herida, para ocultar las
respuestas a supuestas preguntas.
Fatalmente,
fue detectado por el profesor y tuvo que resignarse a ser anulado.
Durante
la década entre el segundo quinquenio de l975 y el primero de 1985, fui docente
de educación superior.
Dicté clases en el
Instituto Superior de Periodismo y Relaciones Públicas Carlos E. Uceda, invitado por
su propietario Carlos Uceda Llerena.
. Constituía,
en ese momento, la más importante entidad educativa superior particular, después
de la Universidad Nacional de Trujillo.
Funcionaba
en la quinta cuadra de San Martín e impartía las carreras de su logotipo:
periodismo y relaciones públicas.
Destacados
profesionales en ambas especialidades, egresaron de sus aulas.
Enseñé los
cursos de Periodismo, Historia del Periodismo e Introducción a las Ciencias
Sociales..
Con
el tiempo, por disposición ministerial, se convirtió en ESEP y amplió el
servicio educativo a contabilidad y administración.
La
juventud egresada de los colegios secundarios respondió. Al extremo que las
instalaciones del local tuvieron que ser ampliadas.
El
horario de clases que inicialmente era de 6 de la tarde a 10 de la noche, se extendió.
Empezaba a la una de la tarde.
Allí, me
asignaron los cursos de Teoría de la Comunicación y Motivación
y Liderazgo.
Uno de
esos días de intensa labor docente me tocó cuidar una
prueba. El acto transcurría con toda normalidad.
Mientras
los jóvenes respondían, yo solía recorrer los pasadizos del salón de adelante
hacia atrás y viceversa.
Pero,
por la experiencia adquirida en la enseñanza secundaria, me las ingenié para adoptar
una particularidad.
Luego
de varias andadas, a mitad del camino, daba un súbito giro
atrás. Sorprendidos, los que copiaban, saltaban de su carpeta lanzando todo.
Esa
noche en el Uceda, repetí la práctica y quedé en shock. Una bella joven tenía
la ficha sobre uno de los muslos de sus torneadas piernas...
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