Una
importante entrega acaba de hacer la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales
al congreso.
Es
la cesión de una área de más de 35 mil metros cuadrados ubicada en una zona exclusiva del balneario
Santa María del Mar, al sur de Lima.
Dicha
extensión servirá para construir el Centro de Capacitación y Estudios
Parlamentarios.
El congreso
solicitó el terreno en la presidencia de
José Williams y se aprobó en tiempo
récord.
Justificó la necesidad de
capacitar a congresistas, asesores y personal, pues "las
áreas en sus instalaciones son escasas y no adecuadas”.
Añadió al pedido ofrecer espacios que “incrementen
las habilidades, conocimientos y productividad del personal”.
El local de estudios contará con
dos auditorios con capacidad para 800 personas cada uno.
Según el proyecto, constará de una
zona de recepción y seis salones de uso múltiple. Para
utilizarlos a discreción.
Continúan,
diez aulas suficientes para 230 alumnos y tres ambientes para bibliotecas. El
anhelo de cualquier universidad.
Todo
complementado con tres. Si. Tres restaurantes-cafetería y seis baterías de
servicios higiénicos.
Por si lo considera poco y para que nadie se
quede afuera, se incluye una playa de estacionamiento para albergar 500 autos.
Y,
si van con la familia, tendrán tres lugares con rotondas comunes para reuniones
y esparcimiento al aire libre. ¡Para envidiar...!
No
cabe duda que la ostentosa mega-obra, con panorámica vista al mar, está alejada
de la realidad nacional.
El presupuesto estimado para su construcción supera los 17 millones de
soles, financiados con el dinero de todos los peruanos.
Es
ilógico que en tiempos que el Legislativo implora por cada voto de aprobación,
los congresistas tengan estos sueños de grandeza.
La
capacitación es previa y personal. Ciudadanos calificados con ese perfil deben
inundar el panorama político.
Los
partidos están obligados a formar y preparar a sus militantes. El Estado les
otorga un fondo. Cumplen o quedan fuera de carrera.
Pretender
llegar al hemiciclo para recién aprender. Y, a ese costo. Es disparatado. Mucho
más, si afecta el bolsillo de todos...
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