sábado, 7 de septiembre de 2024

Es urgente la transformación de los políticos: ¡La historia del mono que bailaba por la plata en Trujillo...!

La mentalidad de los políticos debe cambiar para que el Perú progrese. 
(Redes).

            

            El mes de agosto se fue. Pero, dejó en el ambiente dos declaraciones para la reflexión en la ciudadanía.

            La primera pertenece a una exministra que amenazaba excluir la responsabilidad del Estado, con un controvertido proyecto sobre el agua.

            Ocurrió en Juliaca, Puno, a donde acudió para inaugurar una iniciativa del sector. Al dirigirse a la población, pronunció:

            Yo les pido, con profunda humildad, que recen por todas las autoridades para que no flaqueemos, para que no seamos tentados en robar”.

            A su vez, el arzobispo capitalino, durante la misa en homenaje a Santa Rosa de Lima, aprovechó para invocar a las autoridades y políticos.

            “O Dios o el dinero. Eso es muy importante para nosotros en este momento, porque las locas ilusiones son por ambición y por dinero mafioso”, dijo.

            Recalcó que todo debe ganarse de manera honrada y en la necesidad de poner a Dios por encima de la plata.

            Hasta después de la mitad del siglo pasado, solía ubicarse en la plazuela San Agustín de Trujillo, un hombre con su equipo completo.

            Constaba de un trípode, una caja y un travieso monito.

            Mientras el animador movía una manizuela para emitir música, el simio saltaba de un lugar a otro dando la impresión que bailaba.

            El espectáculo concitaba la atención de la gente.

            Si alguien deseaba conocer su "suerte", pagaba unas monedas y el mono extraía, de una cajita, un papel con la adivinanza.

            Nació así la popular expresión: "Por la plata, hasta el mono baila".

            La frase bien podría aplicarse a ciertos políticos y autoridades de la actualidad que consideran al dinero como su único dios.

            La corrupción es enemiga del desarrollo. Solo se extirpará cuando haya una real transformación en quienes ejercen el poder.

            Cuando valoren el dinero público como sagrado y que debe emplearse  exclusivamente para hacer obras. No en beneficio propio.

            Contratando profesionales íntegros. Capaces de cumplir con su trabajo. No improvisados.

            Si nadie cambia, seguiremos flotando o peor, naufragando. Y ellos, bailando. ¡Como monos, por la plata...!

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