Una de las primeras imágenes que captaron los fotógrafos cuando José Jerí asumió el mando, fue su muñeca .
Querían captar el reloj que portaba. Como si los reporteros gráficos y camarógrafos hubiesen sido comisionados así desde las redacciones.
Y notaron que era un simple aparatito negro. Como el que usamos cualquiera de nosotros. Al final, todos dan la misma hora.
Los que estuvieron pendientes en la tele, de sus recorridos por distritos peligrosos y penales lo comprobaron.
La gente compartió su modestia y recurrió a la inevitable comparación con la vanidad y los Rolex de Boluarte.
Siguió encabezando operativos. Separando presos de alta peligrosidad y tratando de mejorar la legislación en la lucha contra el crimen.
El primer mes de ejercicio, lo sorprendió cubriéndose la cabeza con una gorra de la policía y una encuesta de CPI.
Según el sondeo, el 55.9% de los peruanos aprueba su desempeño como presidente.
El 66.9 % está a favor que continúe en el cargo hasta que concluya su función, en julio del 2026.
Jerí es la otra cara de la moneda en relación con la vacada Boluarte. Quien, como Castillo, tenían pavor a la prensa y al contacto ciudadano.
Dialoga con quienes se le acercan y trata de estar en el lugar donde ocurre alguna situación complicada buscando una solución.
Pero, si quiere establecer una real distancia y diferenciar su gestión, debe derogue el aumento de sueldo que se auto otorgó Dina.
El pago presidencial es una bofetada a la pobreza de millones. Muchos solo postularán para ganar ese sueldazo.
Señor presidente. Amplíe rápido la acción contra el delito a todo el país y anule esa onerosa remuneración. Será otro punto a su favor…

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