Concluida la primera fase del proceso electoral 2026, el panorama respecto a los candidatos es decepcionante.
Políticos gastados, reciclados, desconocidos, investigados, fugitivos e inhabilitados postularán para ser presidente.
Increíble. Desde la clandestinidad, envían recursos para anular sus juicios y el tribunal, con la carga procesal encima, acoge y resuelve lo de siempre.
Uno de los prófugos lleva a su mamá como vicepresidenta y un sentenciado, a su hermana aspirando a presidenta. Otro, a su hermano.
¿Qué pretenden…? ¿Manipular a sus familiares en las sombras…? El Perú no está para absurdos de esta índole.
Más de ochenta de los actuales congresistas, cuya desaprobación supera el 90%, porfían mantener su curul y van por la reelección. ¡Una burla al país…!
Entre ellos Los Niños, rastreados por la justicia. No por el Legislativo.
También. los tristemente recordados y denunciados por “mocha-sueldos”, varios de los cuales fueron perdonados por sus amigotes.
Como la empresaria que se dio el gusto de sesionar ocho largos meses on line desde Estados Unidos. No pasó nada. ¡Y le pagaron completito…!
Es infaltable el candidato presidencial que reside en España. Desconoce nuestra realidad. Pero, se encapricha gobernarnos. ¡Qué miedo…!
Continúa una larga lista de ciudadanos improvisados y anónimos. Inscritos por las clamorosas facilidades que le permite la ley electoral.
Con cerca de cuarenta partidos políticos en contienda, Perú marca un ridículo y vergonzoso récord de atraso democrático a nivel mundial.
Si anhelamos un Perú próspero deben modificarse los requisitos para ser presidente, legislador, gobernador y alcalde. Cualquiera no puede ser autoridad.
Elijamos gente competente. Con valores y principios. Sin procesos.
“No a los investigados” es la solitaria campaña y lema de Prensa Virtual Trujillo II y SATÉLITE desde hace muchos años. ¡Ojalá, algún día se escuche...!

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