Algo que hermana a los congresistas, muy lejos de la ideología o partido político, es su apetito voraz por el dinero.
Con escasas excepciones, actúan concentrados en lo que cobrarán a fin de mes. Aunque su producción sea nula.
En vísperas de Fiestas Patrias o al acercarse Navidad, solo esperan que corra el calendario para llenarse los bolsillos.
Hoy, desbordan de felicidad porque, en unos días, tendrán casi 47,000 soles de un porrazo. Lo que un jubilado estatal recibe en 5 años.
Suman 15,600 de sueldo, 15,600 gratificación, 11,000 bono “por ser congresista”, 2,800 semana de representación y 1,900 tarjeta de aguinaldo.
Adquirieron 4,500 tarjetas electrónicas válidas en todo el país. Que podrán usar, aunque no sean reelectos porque duran un año.
Cada una vale 1,900 soles, Más de 6 gratificaciones navidadeñas de un pensionista del Estado que es de 300 soles.
Y, como son muy generosos con dinero ajeno (de todos nosotros), no solo serán para ellos, sino para su personal y los trabajadores del Legislativo.
Unos justifican el descomunal beneficio “porque en otras entidades ocurre lo mismo”. Otros, dicen que harán “obras sociales”. ¿Les creen…? .
Esto confirma que muchos aspiran al parlamento solo para ganar plata.
Una razón por la cual los actuales congresistas caminan abrazados a la impopularidad. Su desaprobación bate récords.
Sorprende que la ley y el reglamento electoral no exijan a los candidatos cierto nivel de capacitación, trayectoria profesional y ética.
Muchos de los exabruptos que comenten, radican en esos vacíos. Es necesario elevar los requisitos mínimos para postular a una curul.
Ojalá que el nuevo parlamento bicameral sea diferente y trabaje más por la ciudadanía que por la fascinación del dinero.
Si continúan con el mismo libreto. ¡Cuidado…!

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