Hay un personaje que conoce nuestra realidad en todas las dimensiones digitales imaginables.
Es Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reserva quien, el año que viene, dejará el cargo en forma definitiva.
Con seriedad y sensatez, digna de envidia por otros gobiernos de la región, ejerce esa delicada función desde el 2006.
.¿Tanto tiempo…?. Si. Y merecido. Porque lo hace con tal eficiencia, que ha ubicado a nuestro Sol en la cima de los países de Latinoamérica.
En virtud a su capacidad, con frecuencia es invitado a dictar conferencias en el extranjero para explicar el secreto de su relevante administración.
Pese a su valía, hace unos años, un ignorante proponía separar del puesto al responsable de la estabilidad macroeconómica peruana.
Velarde, expuso en la 37 Convención Minera Perumin, de Arequipa.
Basado en su experiencia y amor al Perú, recomendó la necesidad de privilegiar la meritocracia en las instituciones públicas.
"Hemos retrocedido (en meritocracia). En los años 60' para entrar a un cargo ministerial, se presentaban a exámenes. Algo que ya no hay”, dijo.
“No logramos reconstituir un servicio civil que es indispensable si queremos ser un país que funcione", afirmó.
"Recuerdo funcionarios de hace 25 años y el paso que tenían. Cómo conseguían imponer eso. Da pena lo que tenemos ahora”, condenó.
La meritocracia, con profesionales calificados y sin investigaciones que abordamos hace poco y sugiere Velarde, significaría cambiar la Constitución.
Evaluar al máximo a los candidatos a presidente, ministros, congresistas, gobernadores, alcaldes, funcionarios y terminar con los cargos de confianza.
Un panorama distinto al actual. En que improvisados llegan al poder para llenarse los bolsillos. Con honrosas excepciones.
Medida radical. Pero, imperiosa. Así, tendremos autoridades competentes, idóneas, honestas y con principios. ¡El sueño de todos…!
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