Víctor Hugo Paredes, con lo que era el producto diario de su trabajo y el equipo que dirigía. La foto la tomó el autor de este blog en una de las últimas entrevistas que concedió.
Celebrar un aniversario de SATÉLITE,
sin mencionar a Víctor Hugo Paredes Florián, quien fue uno de sus emblemáticos directores,
podría semejar una ofensa.
En virtud a la especial consideración
que le tenemos, dedicamos este espacio a quien fue el conductor y guía de este
vespertino durante veintisiete años.
Más de un cuarto de siglo en la
función de aquello que debe representar un verdadero record en el periodismo
nacional y latinoamericano.
Y conste que su identificación con
este diario e ingreso al Grupo La Industria, empezó mucho tiempo atrás. Allá en
el lejano 1970.
Apenas un año después que SATÉLITE se
había hecho un lugar significativo en el
corazón de la gente y el ambiente periodístico de Trujillo y la región.
NOBLEZA ESPIRITUAL
Víctor Hugo fue natural de las cálidas
y fértiles tierras del valle Chicama. Allí donde florece la dulce caña de
azúcar, las riquísimas frutas y los nutritivos vegetales que consumimos los
trujillanos.
Farías, un anexo de la antigua
hacienda Casa Grande, es su tierra natal.
En toda reunión, no cesaba de señalar
que cada mañana debía recorrer la distancia de su hogar a Chocope para asistir
a la escuela.
Emocionado y orgulloso, recordaba que
el trayecto lo hacía caminando sin zapatos acompañado de un grupo de amiguitos
del barrio. Algo que exalta su nobleza espiritual.
UN POEMA A MAMÁ
Criado por sus padres con la rectitud
de antaño, nunca se quejó de las estrecheces propias de una familia en
formación.
A muy temprana edad, cuando la
principal inquietud de los niños es jugar, divertirse y soñar, ya le hacían
guiños las letras.
Ver madrugar todos los días a su
madrecita para trabajar, fue el incentivo ideal para escribirle un sentido
poema. Tenía nueve años.
Dos años más tarde, quedaba sumido en una
profunda tristeza. Perdió a su progenitora ante el llamado que le hizo Dios.
ROMANCE CON EL PERIODISMO
Con el esfuerzo y orientación de su
padre, fue matriculado para seguir secundaria en el Instituto Moderno de
Trujillo, uno de los más prestigiosos de la época.
En ese plantel, utilizó los ejercicios
que exigía el curso de lenguaje para fundar y dirigir el periódico mural El
Modernista.
Iniciaba así su romance con el periodismo
que no abandonaría nunca y se convirtió después en la pasión y razón de ser de su
existencia.
EN PRENSA Y TELEVISIÓN
Concluidos sus estudios secundarios,
Víctor Hugo postuló e ingresó a la facultad de Letras y Educación de la
Universidad Nacional de Trujillo.
Siguió idiomas con la esperanza de
continuar posteriormente la carrera diplomática en Lima.
Sin embargo, un amigo lo animó para
formar parte del equipo de redacción del diario La Gaceta y obtener algunos
ingresos.
Pasó luego al informativo La noticia
gráfica, dirigido por el fotógrafo Orlando Sánchez Castro en América
Televisión.
La alegría de cubrir un suceso y
escribir la información duró poco. La falta de recursos y auspiciadores obligó
al cierre del programa.
INGRESO A SATÉLITE
Durante esos oscuros días de
incertidumbre, conocedor de su capacidad, Lorenzo Kcomt Kosseng, el “Chino
Loli”, director de SATÉLITE, lo llamó.
Alfonso “Pocho” Campos Pérez había
dejado el cargo de jefe de Informaciones en el diario y creyó conveniente encomendarle
ese puesto.
Con la experiencia adquirida y su inmenso
deseo de hacer lo que más le gustaba, Víctor Hugo aceptó el reto.
El tiempo le dio la razón al popular
"Chino". El joven reportero cumplió su labor a satisfacción. Creó nuevas
secciones, escribió reportajes y noticias de diversa índole.
Se convirtió pronto en el brazo
derecho de “Loli”. El trabajo de esa dupla se reflejó en la calle. SATÉLITE
aumentó el tiraje, las ventas y las preferencias.
ASUME LA DIRECCIÓN
Razones particulares a la actividad
periodística, motivaron que Kcomt dejara el comando del vespertino.
Ante la necesidad de cubrir el vacío,
la empresa no dudó un instante para otorgarle la responsabilidad a Víctor Hugo.
Era el 22 de abril de 1987.
Contando con el pleno respaldo de los
ejecutivos, siguió en lo suyo. Aprovechó al máximo para abrir el periódico con
el último acontecimiento ocurrido esa misma mañana.
La hora del cierre de la edición se
ajustó al mínimo, mientras dos reporteros verificaban el hecho reciente de
mayor impacto.
Esa información fresca, llena de
detalles y fotografías, terminó por complacer al lector ávido de enterarse de
aquello que sucedió antes de almorzar.
FORMADOR DE PERIODISTAS
Aquellas son solo unas cuantas facetas
del exitoso derrotero de SATÉLITE bajo la dirección de Víctor Hugo Paredes.
El ocaso del siglo XX y el inicio del
actual coincidió con el natural recambio generacional en el equipo de redacción
del vespertino.
Ante la salida de varios colegas, se propició
la incorporación de una oleada de jóvenes periodistas.
Los conocimientos académicos de la
universidad y una que otra práctica, se consolidó con el permanente consejo y
apoyo de Víctor Hugo.
Exigencias como la presión con que se
trabaja en un periódico, la prisa, algunos gritos. Pero, al final, la
satisfacción que brinda la tarea cumplida.
Con Víctor Hugo siempre hubo un
momento para compartir alrededor de una mesa y beber un vaso de lo que sea, con
tal de dialogar sobre el trabajo y la vida, Conocerse y hacerse más amigo.
Se gestó así el ambiente propicio para
laborar que era el paso más adecuado para conseguir el objetivo trazado de la
mano del director.
MOMENTO DE LA PARTIDA
No obstante, cuando todo marchaba
sobre ruedas y se alistaba a escribir un par de libros, el destino se cruzó en
su camino.
Una afección motivó que solicite sus
vacaciones, sin perder en ningún instante el contacto telefónico con los
muchachos de la redacción.
Hasta que, previo a la festividad de
la Virgen María, antes del mediodía del 12 de mayo del 2015, Carmencita
Rodríguez, quien lo conoció casi desde sus inicios, me dio la triste noticia.
Víctor Hugo Paredes, el director de
SATÉLITE, el cordial amigo que nos daba la mano siempre con una sonrisa
dibujada debajo de sus bigotes, había partido.
Hoy, que nos regocijamos por nuestro aniversario,
no podemos olvidarnos de ti y este es nuestro homenaje.
BRINDIS A LA ETERNIDAD
Simplemente porque tú fuiste una pieza
fundamental de las columnas sobre las que se sostiene este vespertino.
Por ser parte valiosa cuando hubo que
enfrentar a tres o cuatro periódicos de la tarde, de empresas limeñas, que al
final dejaron de circular.
Por que tú contribuiste a que SATÉLITE
sea el único vespertino que hoy existe en todo el país.
Porque nos permitiste ganar un sitial importante
en la predilección de nuestros lectores al empezar cada tarde.
Por eso y mucho más. En este
aniversario, el primer brindis elevando la copa
en lo más alto. Sin doblar el codo. Dirigiéndolo al cielo. A la
eternidad. Es contigo...
¡Salud...! Víctor Hugo...
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