sábado, 8 de agosto de 2020

Raúl Rivero Ayllón: ¡Adiós a un amigo de siempre...!

Consejo Directivo del Colegio de Periodistas del Perú, La Libertad, período 2013-15. Figuran Danitza Sáenz, Freddy Gálvez, Humberto Landeras, Raúl Rivero,
Alberto Pinillos, Juany Pinedo, Carlos Urcia, Maribel Moreno,
Johnny Aurazo y Carlos Gonzales.

          Lo conocí en los años setenta. Cuando llegaba a La Industria con una nota de prensa en la mano.

          Estaba interesado en que se publique. Pero, no lo demostraba. Su rostro de persona tranquila, lo ayudaba. Y mucho.

          Era Raúl Rivero Ayllón, el amigo que perdimos por culpa del despiadado coronavirus.

          Enamorado empedernido de las relaciones públicas, quedó atrapado para toda la vida.

          Compartimos la docencia en el Instituto Superior de Periodismo y Relaciones Públicas Carlos E. Uceda Meza.

          De ello, me quedó grabada la escena de los alumnos que lo seguían luego de haber terminado la clase.

          Trabajó en la Universidad Nacional de Trujillo y otros centros superiores.

          Supe más de su sapiencia, calidad humana y nobleza en el Colegio de Periodistas de La Libertad.

          Integramos la lista que tuvo como decano al colega Alberto Pinillos Bocanegra. Raúl fue primer vice decano. Yo, director secretario.

          Antes de las elecciones, para coordinar, acordamos reunirnos en mi casa. Por su cercanía al local institucional.

          En un momento, necesitó una copia fotostática. Lo invité obtenerla en la sala de mis confesiones ante el ordenador.

          Consiguió lo que deseaba. Miró alrededor y, como todo amante de la lectura, se detuvo en cada título de mi biblioteca personal.

          El resultado del proceso para conducir el Colegio en el período 2013-15, nos arrancó sonrisas.

          Para mí, el cargo era nuevo. En la primera sesión, Rivero se acercó y me dio las pautas para redactar las actas.

          Una didáctica guía en minutos, fue suficiente para el volumen que entregué al final de la gestión.

          Así era el hermano del maestro y mentor Teodoro Rivero Ayllón. Una catedral de la literatura liberteña que merece un homenaje.

          Nos adelantaste, Raúl. Pero, no te fuiste. Solo te has apartado de nuestro lado. Adiós, querido amigo...

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